29 de diciembre de 2008

Gracias. Mal de muchos, consuelo de chilenos (¡NOOOOO soy la únicaAAAAA!)

2 comentarios:

Jenofonte dijo...

Para el inventor de tal artilugio se podría reinstalar uno de esos castigos antiguos: exposición en la picota sometido al escarnio público (o ese del Oeste, que involucraba alquitrán y plumas).

Anónimo dijo...

Bastaría con encerrarlo en una habitación, sin nada, completamente vacía, y darle la comida todos los días en sus dichosos abrefácil...

Yo creo que con una semana ya escarmienta de andar inventando tonteras, for ever...


(¿o será mucho sadismo?)