16 de octubre de 2011

Conociendo La Esmeralda

Fuimos con La Profe a visitar la representación -que no la réplica- que se hizo en Iquique de La Esmeralda (la de Prat, que no faltaron los desubicados que se imaginaban sería otra).



Bonita, bien hecha, pese a que un par de Castillo siempre podrán encontrar algo que decir.

Lo que más me sorprendió, sin embargo, es lo muy bien organizado que está todo. Supongo que será porque el proyecto fue financiado por una empresa minera, Doña Inés de Collahuasi, y más de algo tendrán que decir en su manejo y mantención.

En primer lugar, no es llegar y entrar. Se paga una entrada, pero debe hacerse reservación con anterioridad, ya que el ingreso es con un tour guiado, el que comienza cada 15 minutos, y tiene una duración de 50. Durante el tour se recorre el barco, con exhibición de algunos videos. Resulta un buen detalle el que, mientras se está bajo cubierta, existe sonido ambiental, que recrea el sonido del agua y el crujir propio de un barco de madera.



Todo impecable, considerando que lleva al menos tres meses abierto al público.

Lo que -personalmente- encuentro que habría podido hacerse, es darle un aspecto "menos nuevo". Se ve "un poco demasiado" nuevo, incluso algunos muebles recreados, como las camas de los oficiales, parecen recién traídos de alguna multitienda.


Pero en suma, está muy bien. Un gran trabajo. 

Se cuidó aún detalles como el que -en una ciudad que se caracteriza por la contaminación ambiental producida por aves como jotes, patos yeco y palomas- no hay una sola de estas aves posada en la arboladura del barco, y ni una sola mancha en la cubierta. Con la instalación de un ingenio que reproduce las voces de aves de rapiña, se mantiene a todas esas visitas indeseables lejos del barco.


Por último, hay algo que creo aportaría bastante al tour: el que fuera guiado por un marino. Porque si bien es cierto que la señorita que nos tocó era  no poco agradable, nada fea y no mal preparada, no es menos cierto que le faltaba el amor por el tema. Para ella es su trabajo, supongoNada como un marino para exponer sobre la vida a bordo, sobre mástiles y jarcias y -por supuesto- sobre la gesta heroica de La Esmeralda.




Para más detalles:  Museo La Esmeralda



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10 de octubre de 2011

12 de octubre


El 12 de octubre de 1492 desembarcaron en la isla de Guahahaní los hombres que, comandados por Cristobal Colón, buscaban llegar a las Indias navegando hacia occidente.
En algún momento de la historia, fecha que desconozco, se decidió conmemorar en ese día el llamado Descubrimiento de América, que tal fue lo que sucedió desde el punto de vista de los europeos, que buscando las islas de las especias se encontraron con un continente nuevo para ellos, los aborígenes deben haberse sentido más bien invadidos.
Ha tenido esta día nombres distintos, como El día de la raza y El día de la hispanidad (cuando yo era niño se celebraba El Día de la Raza). Muy pronto tuvo problemas la alusión a la raza, desde que no quedó nunca y para nada claro de que raza se trataba, si  la que conquistó, la conquistada o la dispar mezcla de ambas.
El día de la hispanidad suena mejor, indudablemente, pero solo desde el punto de vista de los hispanos, o de los que, aunque americanos, prefieren sentirse más cerca de la hispanidad que de la herencia autóctona.
¿Pero que significa realmente hispanidad?, se supone que la definición es algo así como: «conjunto de naciones ligadas por una comunidad de intereses y subordinadas a una denominación común de hispanidad».
Desafortunadamente el celebrar el día de la hispanidad puede ser muy razonable para los españoles, pero es difícil que lo sea también para los americanos. No solo desde el punto de vista histórico y político, sabemos que la civilización que los expedicionarios de Colón y los que vinieron detrás trajeron, venía muy acompañada de una feroz intolerancia religiosa y una despiadada expoliación, sino también porque es imposible considerar a las etnias originarias dentro de ese concepto. Además, y para mayor tropiezo, no todo el continente americano fue colonizado por los españoles, por el Este el Tratado de Tordesillas le asignó una parte a Portugal y por el Norte la falta de recursos del desierto del Mojave desanimó aún a los más emprendedores españoles.
Así, en estricto rigor solamente la parte de América colonizada por los españoles y poblada por sus más o menos descendientes, podría acompañar a España en su celebrada hispanidad y quedarían fuera las Américas portuguesa, británica y francesa, que tienen su herencia propia.
Los pueblos originarios, que poco y nada tiene que agradecer a sus conquistadores y poco también a sus actuales descendientes, no debieran tener motivo alguno para celebrar el famoso día en que para su infortunio fueron descubiertos.
Se ha tratado de llevar las aguas de la hispanidad por el cauce de la lengua común, pero eso tampoco ha dado resultados, porque los hijos de la península no solo llegaron a América, sino también se asentaron en otras y distantes regiones del globo. Así, pueden reclamar algo de herencia hispana pueblos tan lejanos y dispares como son los filipinos y los guineanos, por ejemplo, pero ellos no fueron descubiertos por Colón.
Visto así, el día 12 de octubre solo tendría importancia para los españoles, que pueden celebrar tranquilamente el Día de la Hispanidad, puesto que son legitimamente hispanos, o el Día del Descubrimiento, que buen provecho obtuvieron de lo que descubrieron, pero es difícil que los americanos puedan celebrar algo, los del centro y el sur porque no pueden celebrar lo que les fue funesto y los del norte porque ellos fueron descubiertos primero por Leif Ericson y después por los ingleses, a los que jamás se les ha ocurrido la idea de celebrar el dia en que comenzaron a llegar a las costas de Virginia.
De modo que mientras en España se celebra La Fiesta Nacional, en los paises americanos se celebran, el mismo día, cosas tan dispares como El Día del descubrimientos de dos mundos, El Día de las Américas, El Día de Colón o el atroz Día de la Diversidad Cultural Americana. Es que, como sea, si se trata de un día festivo cualquier motivo sirve ¿y quién se atreve a quitarle un feriado al pueblo?.

7 de octubre de 2011

¿Quién más?


De visita en casa de Ceci (grata por demás), bajé el primer día de dos en dos los escalones, cuarto piso abajo, para comprar pan para el desayuno. Y saludé, obvio, ¿cómo no?, a la señora del aseo, que se afanaba en barrer  las escaleras, y al conserje, de abúlico aspecto, encerrado en su recinto. Añadí una sonrisa al regresar, por cierto, que el aire fresco de la mañana y un cielo despejado y azul favorecían el buen humor.

Más tarde, Ceci consideró apropiado el avisar al conserje de mi presencia, para que no fuese a ponerme trabas en mis entradas y salidas. Estaba allí la señora del aseo también, cuando le dijo que estaba de visita su hermano.

- Ya lo sabemos, fue la respuesta.
- ¿Pero, cómo lo supieron?
- Bueno, es que lo vimos salir en la mañana, y nos saludó, así es que tenía que ser su hermano...

- Plop! (como diría Condorito...)

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5 de octubre de 2011

El baliao Llon Güein

Los augurios comenzaron el día previo a la biopsia.
Como es la costumbre dominical nos encaminábamos a la casa de mi suegra cuando al llegar una paloma me disparó sus deposiciones en plena mollera. Aparte de las risas que produjo tal bombardeo, varios se apresuraron en hacerme presente que dicho acontecimiento era un signo de buena suerte, a lo que asentí resignado sin saber lo que se avecinaba.
Esa misma noche siguiendo las instrucciones previas a la biopsia, ingerí el antibiótico correspondiente y me autoinferí dos disparos de glicerina, algo así como esas cosas llamadas calitas y que administrábamos a nuestros niños cuando "no les corría el cuerpo"
El día señalado partí bañadito, perfumado y hasta con unos boxer nuevecitos que esperaban en el closet para una ocasión que lo ameritase, no fuera a pasar verguenza con los regalones, esos medio gastados pero querendones.
El bus que me transportaba iba raudo hacia mi destino cuando me percato de otro presagio, allí antes de bajar unos escalones hay un letrero que avisa CUIDADO CON EL PELDAÑO, al cual los graciosos de siempre han raspado borrando algunas letras y quedando CUIDA EL ANO.

Un poco preocupado llego donde el doctor que me va hacer el examen y una vez cumplidos los saludos de rigor me indican que me acueste en la camilla para realizar el procedimiento mientras veo con cierta resignación que tengo a dos damiselas de público, supongo alumnas en práctica que verán y aprenderán de todo el proceso. Me siento entre que estoy colaborando con el desarrollo de la ciencia y un poco como cobaya.
La cosa comienza cuando una pequeña cámara invade mis intimidades buscando llegar allí donde se supone puede haber algún problema y enseguida de esa prospección ingresa el adminículo que pondrá insensible la zona y cuando ya anestesiado pienso que la faena ha concluido, el doctor Chacón me espeta ... ya! ahora vamos a sacar las muestras de tejido !


Y allí Llon Güain recibe doce disparos sin poderse defender. La andanada la recibo estoicamente aunque me parece interminable, y suspiro aliviado cuando el dueño de la artillería dice... bien ! es todo por ahora y me quedo allí tirado con doce impactos en mi humanidad.
Pasado un momento debo incorporarme y luego de recibir por parte de la enfermera las instrucciones post ataque armado me recoge mi doña para llevarme a mi humilde hogar donde reposará el guerrero.
Y he aquí que comienza la debacle, las doce heridas sangran profusamente y chorros del preciado líquido vital se pierden en las tuberías que atraviesan las entrañas de la metrópoli. No hay forma de detener su flujo incesante, la preocupación inunda mi ser y también el de los que me rodean. Hay que partir prontamente a Urgencias, donde después de un chequeo previo me derivan en ambulancia a un centro asistencial. Ya me he desmayado dos veces por la pérdida de sangre y llego lívido pero sin perder la conciencia a urgencias donde me trasladan en camilla a un box. Allí quedo medio alelado mirando el cielo con ese paisaje monótono y frío que entregan aquellos fluorescentes tan acogedores. El internista ordena poner suero y comienzan los chequeos de los signos vitales junto a exámenes varios mientras estirado en el camastro veo el ir y venir de enfermeras y doctores. Intento aguzar el oído para tratar de escuchar sus conversaciones y saber si hay alguna noticia sobre mi estado. Las horas pasan y cada vez que una cabeza se asoma en mi box pienso que la larga espera ha terminado. Finalmente y ya estabilizado y cuando es pasado la una de la madrugada el doctor firma el alta y puedo volver junto a la familia que aguarda espectante en la sala de espera.
El show ha terminado, aunque todavía tengo las pate' lana y me siento debilucho, estoy con reposo absoluto si es que cabe cumplir una cosa así. Por ahora mi condición es en posición horizontal con lectura, internet y videos. Sin embargo aunque sé que no voy a durar mucho en cama aprovecho el tiempo para escribir y para relatarles esta nueva experiencia médica que me ha tocado vivir.

4 de octubre de 2011