18 de julio de 2008

Pedro Urdemales

¡No puedo creerlo!, Pedro Urdemales, ¿la novedad para los regalones?, bueno entonces, aquí va mi contribución para abuelos, abuelas, tíos abuelos y tías abuelas:

El árbol de la plata

Una vez Pedro Urdemales estaba necesitado de dinero, pero solo le quedaban una 3 onzas de oro y pensó en la manera de hacerlas crecer. Así, se fue al pueblo más cercano y cambió el oro en monedas, eso sí que las pidió nuevas, recién acuñadas y le dieron como cien, brillantes como soles. Les hizo un agujerito con un clavo y les pasó un hilo.
Se fue a la orilla de un camino, escogió un árbol, colgó las monedas de las ramas y se recostó a esperar pacientemente. No transcurrió demasiado tiempo cuando apareció un hombre de a caballo, quién viendo brillar el árbol se detuvo admirado y vió, con asombro, que lo que brillaba eran monedas.
Entonces descubrió a Pedro recostado bajo el árbol y le preguntó como al pasar, -dígame señor, ¿qué árbol tan raro y feo es éste?, -¿éste, dijo Pedro como al desgano, ah, es un árbol de la plata, y se dió vuelta como para seguir durmiendo. -Bueno, le dijo el hombre, mire, yo tengo un jardín y me precio de plantar en él todo tipo de plantas raras, ¿por qué no me lo vende?, le daría unos mil pesos. -No pues señor, le dijo Pedro como se le ocurre que le voy a vender al árbol, ni que me diera cinco mil..., que es lo que el árbol da en el año.
Al escuchar esto se despertó aún más la codicia del hombre quién, sin pensarlo más, le dijo a Pedro -mire hombre, le doy todo lo que traigo encima, veinte mil, todo sea por mi jardín.
Pedro, medio entre queriendo y no queriendo le contestó -Bueno señor, se lo doy en veinte mil, pero lo hago solamente porque se ve que usted es un amante de los árboles, y hecho el trato, partió cada uno por su lado con lo que cada cual había conseguido.
Pasó el tiempo y el amante de los árboles se cansó de esperar a que su compra diera más monedas de las que tenía colgando, mientras Pedro tuvo para tres meses de fiesta.

15 de julio de 2008

Kena, un cuento para tus nietos:

  • LA OLLITA DE VIRTUD

  • Una vez que Pedro Urdemales estaba cerca de un camino haciendo su comida en una olla que, calentada a un fuego vivo, hervía que era un primor, divisó que venía un caballero montado en una mula, y entonces se le ocurrió jugarle una treta.
    Saca prestamente la olla del fuego y la lleva a otro sitio distante, en medio del canino, y con dos palitos se pone a tamborear sobre la cobertera, repitiendo al compás del tamboreo:
    — Hierve, hierve, ollita hervidora, que no es para mañana, sino para ahora.
    El caballero, sorprendido de una operación tan extraña, le preguntó qué hacía, y Pedro Urdemales le contestó que estaba haciendo su comidita.
    — ¿Y cómo la haces sin tener fuego? — interrogó el caballero y Pedro, levantando la tapa de la olla, repuso:
    — Ya ve su mercé cómo hierve la comidita. Para que hierva no hay más que tamborear en la tapadera y decirle:
    — Hierve, hierve, ollita hervidora que no es para mañana, sino para ahora.
    El caballero, que era avaro, quiso comprarle la ollita que podía hacerle economizar tanto; pero Pedro Urdemales se hizo mucho de rogar, hasta que le ofreció mil pesos por ella y Pedro aceptó. El viejo, que creyó hacer un gran negocio, vio muy luego castigada su avaricia, pues la ollita a pesar del tamboreo y del ensalmo, siguió como si tal cosa.

    1 de julio de 2008


    Para Rodolfo y su familia



    Lamentable, hermano. Te envío estas fotos que tomé de tu regalona hace justo un mes. Un abrazo, Ceci

    La Minina, falleció hoy 1 de julio


    Lamentablemente (estamos muy tristes) hoy en la madrugada falleció la Minina -en brazos de su mamá humana-, luego de 6 intensos meses con nosotros. No estamos seguros de qué fué lo que pasó, mas, al parecer, sería algún consumo de veneno para raton que había en la casa vecina, donde fortuitamente se fue a meter. Teníamos visita al veterinario hoy pero no alcanzamos. Ayer por la noche no fué posible llevarla, por el horario y por los cochinos pesos.

    Los dos últimos fines de semana los pasó muy feliz jugando con las nietas, Valentina la semana anterior, y Francisca, este fin de semana. Deja un gran vacío, que seguramente no se llenará facilmente.