30 de septiembre de 2021

Les chats du Château de Pierrefonds

 

En Francia existe un castillo muy famoso, el de Pierrefonds, ubicado en el Departamento de Oise, y en la comuna que lleva su nombre. Este castillo fue edificado por primera vez en el siglo XII, en plena Edad Media, pero con el paso del tiempo dejó de usarse. Dos siglos después, Carlos VI se lo regaló a su hermano, el Duque de Orleans, quien encargó su reconstrucción al arquitecto de la corte, Jean le Noir. este realizó la restauración y empezó a habitarse.
 
Pasados otros dos siglos, en 1617 y tras una guerra interna, el Cardenal Richeliu dió órdenes de destruirlo por completo. Sin embargo, esta tarea era tan ardua y lenta, que la demolición se dejó a la mitad, destruyéndose sólo los techos y algunas murallas. 
 
Dos siglos más estuvo el castillo abandonado (parece cuento lo de los dos siglos), continuando el paso del tiempo la labor de destrucción, hasta que en 1857, Luis-Napoleón Bonaparte, ya convertido en Emperador de Francia, ordenó su reconstrucción total al arquitecto Eugène Emmanuel Viollet-le-Duc, quien aunque trabajó en ello 22 años, no pudo terminarlo, ya que falleció en 1879. Las labores continuaron por seis años más, sin su dirección, para finalmente detenerse en 1885.
 
Se dice que fue este arquitecto quien, entre un centenar de otras bestias, hizo poner como ornamentos unas cuantas decenas de gatos, que algunos dicen ser una treintena y otros (tal vez muy fantasiosos) cifran en ochenta. Así como en otros edificios antiguos las gárgolas miran con horrendos rostros a los visitantes, desde las alturas de techos y muros, en el castillo de Pierrefonds son gatos en muchos casos quienes lo hacen. 
 





Gatos en variedad de posiciones, sentados, jugando con pelotas, cazando ratones e incluso una gata con su cría en la boca. Difícil es, en todo caso, para los visitantes apreciar estas pequeñas esculturas, ya que se encuentran en las alturas, guarneciendo techos y ventanas, y en lugares de difícil acceso. Es la contribución del arquitecto, amante de los gatos, en la restauración de este enorme edificio que, en estricto rigor, nadie sabe cómo era originalmente.
 
 





 Ciertamente, si pudiera construirme una casa, también le pondría tres o cuatro gatos a guisa de gárgolas...

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2 de septiembre de 2021

De falsos conejos y aventuras culinarias.

Hoy preparé la receta de "Falso conejo", platillo boliviano del que hablé hace unos días en mi Facebook, contando que lleva ese curioso nombre debido a que se habría reemplazado la carne de conejo original, por carne de vacuno.

Sin embargo, mi propia preparación también varía sobre la tradicional transandina, y no en poco. Puesto a comprar los ingredientes, advertí que, si bien el vacuno que reemplazó al conejo es mucho más fácil de conseguir que éste, hecho que motivó que esto se hiciera en su momento, el vacuno está a día de hoy mucho más caro, y eso me hizo pensar: ¿no cabría a su vez reemplazarlo por algo más asequible?
Porque, si ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón, ¿no aplicaría este axioma al que modifica una receta que otro modificó también? Debiera ser, me dije. Y así fue que, basándome en esa premisa y en otras consideraciones no menores, decidí reemplazar el vacuno por pollo.

Me pareció muy razonable (aunque quién me conozca sabrá que no soy fan de tales plumíferos, culinariamente hablando), porque la verdad es que la carne de pollo guarda más similitud en apariencia y características con el conejo que el vacuno. Así es que, sumando eso a lo anterior, se pensó y se hizo, y vengo ahora a presentarles el primer plato de «Falso falso conejo» de la historia culinaria mundial.

 

"Falso falso conejo"
"Falso Falso Conejo"

La receta se mantiene en un todo igual, exceptuando el mencionado cambio de pelo a pluma.

Ingredientes:

      1 pechuga de pollo deshuesada

      1 taza de arvejas

      4 vainas de ají amarillo

      ½ cucharadita de comino

      ½ cucharadita de pimienta

      1 taza de pan rallado

      1 diente de ajo finamente picado

      2 cebollas

 Acompañamiento:

12 papas

       2 cebollas

       2 tomates

       1 cucharada de perejil finamente picado

       aceite y sal

 Preparación:

 - Picar la cebolla en cuadritos pequeños y el ajo bien fino, freírlos hasta que la cebolla esté transparente. 

 

- Añadir el ají amarillo finamente picado (molido decía una receta), la pimienta y el comino. Sofreír durante unos minutos. Agregar las arvejitas y agua suficiente (creo que lo indicado en la receta es excesivo para una taza de arvejas, yo usé cantidades equivalentes, 1/1), dejar cocer hasta que las arvejas estén suaves.

 
- Cortar el pollo en filetes (más fácil comprar pechuga fileteada, obvio) y pasarlos por pan rallado. Esto debe hacerse concienzudamente, aplastándolo contra el pan con algún instrumento de madera (mazo de cocina, uslero, etc). La idea es que quede el pan bien impregnado.
- Freír los filetes apanados con aceite (esto pareciera obvio, pero hay recetas en que los ingredientes se fríen en mantequilla o en manteca).

- Una vez fritos, pasarlos al ahogado (la preparación con las arvejas) y dejarlo cocer 5 a 10 minutos.

Para el acompañamiento:

 - Cocer las papas en forma habitual. (Tenía muchas ganas de cocer las papas añadiéndole al agua algo de caldo de ave, para darles sabor, pero no tenía. Lo probaré la próxima vez.)

-El tomate se corta de cuadros y la cebolla de pluma. Se decora con una hojitas de perejil.
  

 

Obviamente, aquellos que comen hasta el arroz con arroz, pueden acompañar también este plato con ese elemento imprescindible de la cocina nacional. O con fideos, en algunas regiones de Bolivia se acompaña con fideos Caracoles u otro de similar tamaño.


 Algunas aclaraciones: 

- Pongo una pechuga de pollo porque la receta decía 3/4 de kilo de carne, y creo que eso es el equivalente. Dado que yo preparé la receta para una persona, reduje en mucho las cantidades, siendo éstas para varias personas. Dado que ninguna de las varias recetas consultadas indica para cuántas, asumo que una cantidad lógica son 3 papas por personas, por tanto podríamos asumir que es para 4.

- Los ingredientes que yo usé fueron la cuarta parte de los que se expone, obviamente.

 - Yo usé arvejitas congeladas y las tuve cociendo como 15 o 20 minutos (la idea es que estén bien blandas).

 - La “papa” más oscura que se ve en la foto no es papa. Para aportar un poco de variedad al acompañamiento, le agregué un pequeño camote, cuyo sabor tanto difiere de la papa y le dio una nota contrastante al plato, ligeramente dulce.

¿El resultado? Limpié el plato, y quedé arrepentido de no haber preparado mayor cantidad. 😕

No había ningún incauto(a) para hacérselo probar, así es que arriesgué mi propia salud, pero todo salió bien.

Falso falso conejo, agregado al menú. 🍴🍛

Post Data: Me acaban de decir que he inventado la rueda y descubierto la pólvora: el Falso conejo con pollo existía ya...  

Que gran decepción, y yo que pensaba haber hecho un gran aporte al acervo culinario sudamericano. .. 😓


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