29 de diciembre de 2011

Que ladrillos amarillos, ni que nada...


Y así están las cosas hoy.
Ya nadie sigue el camino de ladrillos amarillos,
sino -lisa y llanamente- el camino más corto...


(Como que me puse muy serio, ¿no?
Pero, como decía un viejito: "a nada...")




[Para el que gustó del chiste: http://seemikedraw.wordpress.com/ ]

25 de diciembre de 2011

Moby Dick

Moby Dick (2010) Serie de televisión dirigida por Mike Barker.
Esta es la tercera adaptación que he visto de la novela de Herman Melville. La primera es la de John Huston (1956) protagonizada por Gregory Peck, la segunda es la dirigida por Franc Roddam (1998) con Patrick Stewart en el papel del capitán Acab (y la que menos me gustó). En la tercera el capitán Acab es interpretado por el actor William Hurt.
Se dice que la mejor manera de disfrutar una película basada en un libro es no haberlo leído, y esta es una prueba de la veracidad de tal afirmación. Porque la película es entretenida y está bien hecha, solamente los que conocemos la novela de Melville podemos darnos cuenta de cuantas libertades se tomó el guionista con la historia original. Demasiadas libertades tal vez, comienza la película con Ismael involucrándose en un episodio de dudosa credibilidad mientras el libretista decide prescindir de la famosa frase Call me Ishmael. Hay que reconocer si que respeta el final, con Ismael aferrado a su fúnebre salvavidas. Pero si se trata de ver una buena película, entre tantas que hay de las malas, cumple.
El padre Mapple, interpretado anteriormente por Orson Welles y Gregory Peck, recae ahora en el veterano actor Donald Sutherland, algo diferente, pero muy bien, en este pequeño pero interesante papel.
Entretenida la película, los clásicos de la literatura siguen sirviendo al cine, con mayor o menor fortuna quizás, pero que sirven, sirven.

21 de diciembre de 2011

Feliz Navidad !!!

Un cariñoso saludo a todos los Castillo, afines y similares, parientes, amigos y visitas, en eata Navidad 2011, con nuestros mejores deseos de Paz y Bienestar junto a sus familias.
Que San Nicolás les traiga regalos a los que se portaron bien este año.
(ojalá se extravíe el Libro Negro).
Abeazos... Rodolfo y Leonora.

16 de diciembre de 2011

El duelo...


La calle, de doble sentido y en empinada subida, se extiende libre ante mí, si bien de bajada hay bastante tránsito. Llevo prisa, de modo que me alegra no tener a nadie por delante. Sin embargo, la calle no está despejada del todo, realmente.
Allá arriba -dos cuadras tal vez, algo se mueve por en medio de la calle, acercándose a mí.
Es un perro. Un perro negro, por lo que puedo ver.
Camina displicente calle abajo, sin preocuparse de nada, al parecer.
Yo sigo avanzando, y la distancia se acorta. Sí es un perro negro, de mediana alzada e hirsuto pelaje, que con aires de "a mí que me importa" avanza directo hacia mí...

Hago ademán de tomar mi derecha, para pasar por su lado, ya que no parece querer cambiar su rumbo. Pero lo cambia, hacia su izquierda, como si buscara seguir enfrentándome.
Intento la izquierda. Él continúa bajando, con su paso insolente, ligeramente hacia la derecha.
¿Es que quiere desafiarme?!
Mala idea esa. Si él tiene poco apego a su vida, menos le tengo yo a la mía. Además que, ¿qué arriesgo?, si voy en auto... ¿Qué se cree? ¿Que voy a detenerme por él?

Se equivoca. Los que fueron 200 metros son ya cincuenta, y se reducen a cada segundo.
El perro continúa de frente, su mirada puesta en mí, sus pasos disparejos y cojeantes continúan -sin embargo- impertubables- hacia adelante.

Puedo ver sus ojos, desafiantes, su mirada dura, su gesto decidido.
Nada parece existir sino nosotros dos. Y el camino, que se acorta, se acorta ya demasiado.

Un destello de lucidez llega a mi mente, y pienso que nadie, nadie me justificará si sigo adelante, nadie entenderá que este animal me desafía abiertamente, nadie me perdonará si le hago daño... y en el último instante doy un golpe brusco al volante y piso el acelerador, pasando junto al perro, tan junto, que se diría le he despeinado la sucia pelambrera...

Al pasar junto a él, creí ver un brillo de enojo en sus ojos, unos dientes apretados de rabia...


La calle es mía nuevamente, y podría alejarme de allí sin más, pero no lo consigo.
No puedo evitar mirar por el espejo retrovisor, y allí está. Sigue calle abajo, con su paso disparejo y renqueante, con su aire desafiante, enfrentándose esta vez con una "liebre". Temí el desenlace. ¿Lo respetará el chofer, miembro de un gremio de pésima fama?

Y bajé la velocidad casi hasta detenerme, para mirar, para ver que sucedía, cómo terminaba ese nuevo desafío del animal.

Y aunque no se crea, la última imagen que pude ver fué al perro, al muy insolente y audaz, parado en firme sobre sus cuatro patas, al medio de la calle, enfrentando a una liebre detenida, con media docena de vehículos detrás...





Esto, que podría ser un cuento, no lo es. Sucedió en realidad. No sé en qué quedó todo. No sé cómo terminó la historia. Yo debí seguir mi camino. Sin embargo, esta mañana, al pasar por la misma calle, ahí andaba el perro, negro, sucio, desaliñado, de blancas cejas y feo hocico, detrás de una perra... 

Supongo que eso significará que fue la liebre la que se apartó del camino, finalmente...


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15 de diciembre de 2011

Y la última de Montt ¿por qué no?

Otro pecado ¡Cómo puede ser!

Hermano, felicidades en tu cumpleaños (que fue ayer) y que Dios siga dándote las bendiciones que mereces.

Un abrazo grande,

Tus imperdonables hermanos olvidadizos

(Excepto la Kenucha quien nunca se olvida de llamarte)

13 de diciembre de 2011

Cómo tanta desidia...


Que gente floja, caramba, que uno se va una semana a trabajar, y aquí hay hasta telarañas...





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3 de diciembre de 2011

Pecado grave e inexcusable


La mayoría de los pecados se cometen cuando alguien hace algo, con el propósito de hacerlo.

Sin embargo, hay pecados también -y no menos graves- que se cometen por no hacer algo, es decir, por omisión.

Y de ésos, en este blog se ha cometido uno, y de los gordos. Y todos y cada uno de aquellos que tienen permiso de administrador, por ser Castillo Tapia, son partícipes y cómplices de él.

Me pregunto yo, ¿cómo es posible que nadie y ninguno se haya acordado de quién estuvo de cumpleaños este pasado miércoles?
¿Cómo es posible que nadie y ninguno haya posteado ni el más mísero saludo para nuestra hermana, en este blog que se dice ser de todos?

En lo personal, no me atrevo a dar la cara, aún no se me quita la vergüenza...

Sorry Kenucha, habrá que culpar al Alzheimer... no en vano hay puros viejitos en este blog...



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2 de diciembre de 2011

Y ¿por qué yo no?

Eso, ¿por qué no postear un cuento mío? Dicen en ciertos círculos que no es tan malo...




Desconsoladamente


La noche es fría, como son todas las noches en esta ciudad, perdida en medio del desierto.

En las calles, solitarias a esa hora, no se siente más ruido que el de sus pasos, y el rumor lejano de cien televisores, que transmiten un partido de fútbol. Mismo partido que es el causante de que no haya un alma fuera de sus casas.

La selección nacional juega esta noche, y todo mundo está pendiente de ello.

Todo mundo menos él, que con rápidos pasos se dirige a su destino. No es que no le interese el partido. Por cierto que le interesa, y por cierto que como todos, quisiera estar junto a una parrilla, comiendo carne asada y bebiendo cerveza tras cerveza, sin quitar los ojos de esa pantalla. Como hace todo el país.

Pero no puede. No puede perder esta ocasión. El dato que le han dado es demasiado bueno, para dejarlo perderse.

Su mujer ha sido quien le contara que esa noche, durante el partido, en una casa que estará vacía y cerrada, habrá guardada una gran cantidad de dinero, proveniente de las ventas de toda la semana. El partido es la causa para que el encargado no haya ido a guardar el dinero en la caja, como de costumbre. No habría alcanzado a llegar antes de que el contador se fuera, ya que hoy todos se han retirado más temprano. De modo que hubo de dejarla allí, en su casa, hasta el día siguiente.

Y el partido, ¿cómo no?, es también la causa de que no haya nadie que vigile el dinero, ya que el encargado se ha comprometido a ir el asado con todos sus compañeros, a casa del jefe.

Aún su mujer estará allí. La ha enviado sola. Se justificó para no ir diciendo que está enfermo, entre continuos lamentos por perderse el asado. Y ella, claro, se ha ido. Él insistió en que lo hiciera. "No puedes desairar a tu jefe, anda sin mí, anda, que yo me quedaré en cama y seguro ya estaré mejor para mañana". Como si no le interesara realmente, la ha hecho contarle los detalles acerca de esa casa. Y ha recordado que la conoce, que queda en una calle apartada, y que sería fácil entrar por una ventana. Estuvo allí una vez, acompañandola a ella a una fiesta de cumpleaños.

Y eso, la buena ocasión, el hecho de conocer el lugar y el interior de la casa, lo han llevado a idear este plan para robar el dinero. Lo necesita. Ella no lo sabe -ni lo sospecha siquiera- pero sus deudas son demasiado grandes. Ha jugado y perdido demasiadas veces y el plazo para responder ya se le acaba.

¿De dónde vá a sacar el dinero? es la pregunta que lo ha agobiado las últimas semanas. Y cuando ya desesperaba por no haber encontrado una solución, su mujer se la ha entregado en bandeja de plata.

¿Quién vá a pensar en él? No sabe a ciencia cierta cómo es que ella se ha enterado de tantos detalles, pero no le importa. Alguna otra se lo habrá contado, que ya se sabe que las mujeres nunca se guardan nada.

Un fuerte grito lo sobresalta, pero le vuelve la calma al darse cuenta que es un "gooooolllll" que resuena en decenas de gargantas. Bien!, piensa. Si van ganando, nadie querrá alejarse de los televisores, y tendrá tiempo y ocasión para terminar la faena, sin problemas.

No le preocupa su mujer. Sabido es que en estos casos, gane o pierda el equipo, habrá ocasión para seguir bebiendo al término del partido, y no habrá quien la lleve temprano a casa. Tendrá que esperar hasta que alguien que tenga auto se vaya, para que la traigan. Tendrá tiempo suficiente para el robo, para regresar y para esconder el dinero, antes de que llegue.

Al fin, se acerca a su destino, es allí, a la vuelta de la esquina. Ha debido venir caminando, porque es difícil encontrar un taxi en estas circunstancias, y cualquier conductor recordaría a un hombre que se sube a su auto durante un partido como ése. No puede cometer errores. No puede darse ese lujo. Todo debe ser perfecto.

Sus pasos se detienen. Ahí, ésa es la casa. Pero nada más verla se ha quedado frío, sorprendido. Eso no se lo esperaba, ¿cómo iba a saberlo? Algo ha cambiado, "¡los malditos han puesto rejas en las ventanas!"

Siente que algo se rompe dentro suyo, lo invade la desesperanza. Ya contaba con ese dinero, ya se imaginaba con esos billetes entre sus dedos, hasta se había hecho la ilusión que podría incluso sobrarle para pagar la deuda, y así quedarse con algo para él.

Levantó el rostro para mirar nuevamente las enrejadas ventanas, y al verlas, sintió rabia, mucha, profunda rabia.

Y apretó los dientes, las manos, y sin pensarlo se acercó a la más próxima, la tomó y empezó a tironearla. "¡Maldita sea, maldita reja!", se decía. Y volcó contra ella toda la frustración acumulada.

De pronto, algo crujió, y sintió que cedía bajos sus manos.

Miró, y la esperanza renació en su corazón, y brillaron sus ojos: allá, en la esquina superior, la reja se había aflojado. No la fijaron bien a la pared, y ésta se había derruido un poco. La tomó esta vez desde más arriba, y haciendo fuerza con los pies, consiguió abrirla lo suficiente para que pase su cuerpo.

Recién entonces recordó dónde estaba, y qué hacía, y miró austado a su alrededor. Pero la calle seguía vacía, silenciosa si se puede decir, con el ruido sordo de los comentaristas transmitiendo el partido, como música de fondo.

"Todo está bien", se dijo, "aún puedo hacerlo, no he perdido tanto tiempo".

Sacó un pañuelo que llevaba, se envolvió la mano, y golpeó el vidrio para quebrarlo. Lo había visto hacer en alguna película, era fácil. Pero dió uno, dos, tres golpes, y nada. No se quebraba. Otra vez la angustia, otra vez un sollozo queriendo brotar por su garganta, "nada me resulta", otra vez la rabia que asciende por su interior y olvidando todo, dónde estaba, los vecinos, el no hacer ruido, le dió un soberbio golpe a la ventana.

No sonó fuerte al quebrarse, pero sí al caer al suelo los pedazos, haciéndose añicos. El sonido lo hizo encogerse, como si hubiese recibido un golpe, apretó los dientes, cerró los ojos... y nada. Nada se oía, salvo un "y avanza por la derecha, la toca, no puede, se la quita Solar, tirayyyy saque de esquinaaaaa", seguido por el ruido de los que habían aguantado la respiración, durante esa jugada.

"Ya, ahora, pensó", metió la mano, quitó el pestillo de la ventana, y trepándose por la propia reja, se introdujo con dificultad en la casa, rasguñándose el cuerpo contra la pared. Apenas si entraba por ese espacio.

Cayó hacia adentro, de cabeza, y sus manos al intentar apoyarse, se encontraron con los vidrios que estaban en el suelo. Aguantó el dolor y rodó por el piso. No veía nada, menos podría ver lo que le pasó en las manos.

Esperó allí agazapado, un minuto que le pareció una hora, hasta que sus ojos se acostumbraron a la penumbra. Recorrió la habitación con los ojos, distinguió un par de puertas, y una escalera. "El segundo piso", pensó. "todos los tontos guardan el dinero en el dormitorio, seguro que lo dejó bajo la cama".

Y hacia allá fué, lo más aprisa que pudo. De más allá de una de las puertas se escuchó ladrar a un perro, grave, fuerte. "Parece ser grande, tampoco estaba cuando vine, mierda, ojalá y esté en el patio y no dentro de la casa".

Subió los escalones de dos en dos. Recordaba dónde estaba el dormitorio principal, pues en aquella fiesta lo habían usado de guardarropa, y tuvo que ir a buscar el abrigo y la cartera de su mujer.

Perdidos los temores, seguro ya del éxito, avanzó sin fijarse en ninguna cosa que no fuera llegar a donde iba, pronto. Había algo en el suelo, y casi tropieza, "¿ropa?", atravesó la puerta entreabierta, y con la izquierda manoteó el interruptor de la luz en la pared. La luz se encendió, iluminando el dormitorio y dejándole ver una cama matrimonial, a medias desarmada, desde la que le miraba una mujer, espantada, y las espaldas de un hombre que, sobre ella, seguía embistiéndola, sin enterarse aún de nada.

Mil imágenes pasaron por sus ojos, en esa fracción de segundo que tardó en reaccionar y apagar la luz, y no todas ellas pudieron entrar en su mente en ese instante, ni cuando corría escaleras abajo, en la oscuridad, ni cuando de un solo salto atravesó la ventana y la reja, ni aún cuando dobló la esquina en una carrera alocada y sin fin.

Sólo cuando se dejó caer sobre el escalón de la entrada, al llegar a su casa, su cerebro fue capaz de interpretar lo que había visto, sólo entonces fue capaz de darse cuenta: la cara de la mujer que había visto allí, en esa cama, debajo de aquél hombre, era una cara conocida, demasiado conocida, era la de su propia mujer...

Y, mientras en un lejano lugar un árbitro daba el pitazo final, y miles de voces se alzaban aclamando el triunfo de la selección, él, escondiendo el rostro entre sus manos, lloró.
Lloró desconsoladamente...


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19 de noviembre de 2011


Basadas en la novela El jorobado (Enrique de Lagarderde) de Paul Feval, dos películas distintas.


La primera es Le Bossú (En garde), de 1997, dirigida por Philippi de Broca y con la actuación de Daniel Artuil (Enrique de Lagardere) y Fabrice Luchini (Felipe Gonzaga), el bueno y el malo respectivamente.
La película va de la mano con el texto en la medida de lo posible, meter en dos horas todo lo que sucede en una de esas novelas de capa y espada es virtualmente imposible. La actuación de Arteuil es bastante decente, aunque no me parece que le quede muy bien el papel de Enrique, pero el de jorobado si que le sale bueno. En cuanto a Fabrice Luchini, sí que se destaca en el papel del malvado Gonzaga, resulta en verdad insidioso, desagradable, viscoso. En suma, una película con aventuras y humor, basada en una novela de las de antes, con buenos buenos y malos malos. La estocada de Nevers es la otra protagonista.


La segunda es Lagardere, serie de televisión del 2003, dirigida por Henri Helman y protagonizada por Bruno Wolkowitch (Lagardere) e Yvon Back (Gonzaga).
Siendo una serie de televisión disponía de más tiempo para desarrollar la trama, pero también es la que más desvíos tiene respecto del libro.
Las actuaciones son buenas y la película entretenida pero, pero alguien decidió hacer un gran cambio  para hacerla politicamente correcta, Lagardere se queda no con Aurora sino con su madre, la viuda de Nevers (una de esas estupideces a las cuales ya debiéramos estar acostumbrados ¿Hollywood es contagioso?)

14 de noviembre de 2011

Perfume

Sería medianoche cuando desperté sobresaltado, me pareció sentir que la puerta se cerraba. Luego escuché un casi imperceptible roce de pies sobre la alfombra y el rumor de un cuerpo al deslizarse entre las sábanas. La noche transcurrió con la suavidad de la arena que cae en el reloj, mientras me sentía cautivo de un dulce arrobamiento para después sumergirme en un suave y apacible adormecer. Al despertar con las luces de la aurora, estaba solo, pero me hizo dudar que sólo hubiese sido un sueño, el delicado aroma de un perfume suspendido en el leve aire de la mañana...


Jenofonte

12 de noviembre de 2011

Ringo Starr en el Arena - Santiago


El viernes cuatro de noviembre me encaminé hasta el Parque O' Higgins donde está la famosa cúpula del Arena Santiago. La verdad es que no la conocía por dentro ya que es el primer recital al que asisto en ese lugar. Es un espacio inmenso y lo mejor es que cuando uno tiene asiento numerado va a la segura y más encima ayudado por una gentil acomodadora. ( Ejem...)
Por supuesto que fui premunido de la camarita de video para inmortalizar parte del show. Hoy son tan pequeñas que pasan piola en el bolsillo, así que finalmente logré grabar algunas canciones con algunos baches eso sí, algunos por mi culpa y otros porque los fanáticos que estaban ubicados a ambos lados me golpeaban con sus codos al levantar los brazos.

Hay que reconocer eso sí que el peso específico de Ringo no se compara al resto de los integrantes de Los Beatles, no produce la misma ansiedad que logró Paul McCartney en el Estadio Nacional sin embargo fue un show entretenido y además acompañado por virtuosos músicos de la denominada "All Starr Band".
A pesar de todo, lo que valió la pena, al menos para mí, fue tener la oportunidad de ver y escuchar personalmente a uno de los integrantes de Los Beatles. Claro que me hubiese gustado más ver a Harrison o Lennon en vivo y en directo. De eso no hay duda...




Terminado el show y al subirme al bus para volver a casa sucedió lo mas gracioso de la noche. Arribaron junto a nosotros un dúo al que yo llamo "Los Pickles", a los cuales ya había visto anteriormente cantar en la calle canciones de Los Beatles. Son picantes, pero lo hacen bastante bien, por lo que los grabé para compartirlo con ustedes.

9 de noviembre de 2011

Aunque soy de las que borran sin leer todos los correos "Forwarded" que me llegan, creo que tuve el "acierto" de no eliminar este...

LA VERDAD ES QUE SE SIENTE EL CAMBIO DE GENERACION

La semana pasada compré un producto que costó $15.800. Le di a la cajera $20.000 y busqué en el bolsillo $800 y se los pasé para evitar recibir más monedas, cuando me diera el vuelto. La cajera tomó el dinero y se quedó mirando la máquina registradora, aparentemente sin saber qué hacer. Intenté explicarle que ella tenía que darme $5.000 de cambio, pero no se convenció y llamó al gerente para que la ayudara. Tenía lágrimas en sus ojos mientras el gerente intentaba explicarle y ella aparentemente continuaba sin entender.

¿Por qué les estoy contando esto?
Porque me di cuenta de la evolución de la enseñanza desde 1960 y de las condiciones actuales que se manejan en muchas escuelas públicas y también en las privadas, tanto en el ámbito académico como en el trato a los alumnos. Ahora los NENES nunca pierden el año, aparte de inoperantes son "intocables", aportando las instituciones educativas generaciones entre déspotas y nefastas a la sociedad.

Vean cómo fue el cambio en el área matemática. Los ejemplos eran así:

1. Enseñanza de Matemáticas en 1960:
Un cortador de leña vende un carro de leña por $ 100.000. El costo de producción de ese carro de leña es igual a 4/5 del precio de la venta.
¿Cuál es la ganancia?

2. Enseñanza de Matemáticas en 1970:
Un cortador de leña vende un carro de leña por $ 100.000. El costo de producción de ese carro de leña es igual al 80% del precio de la venta.
¿Cuál es la ganancia?

3. Enseñanza de Matemáticas en 1980:
Un cortador de leña vende un carro de leña por $ 100.000. El costo de producción de ese carro de leña es de $ 80.000.
¿Cuál es la ganancia?

4. Enseñanza de Matemáticas en 1990:
Un cortador de leña vende un carro de leña por $ 100.000. El costo de producción de ese carro de leña es de $ 80.000. Escoja la respuesta correcta que indica la ganancia:
( ) $ 20.000 ( ) $40.000 ( ) $60.000 ( ) $ 80.000 ( ) $100.000

5. Enseñanza de Matemáticas en 2000:
Un cortador de leña vende un carro de leña por $ 100.000. El costo de producción de ese carro de leña es de $ 80.000. La ganancia es de $ 20.000.
¿Es correcto?
( ) Sí ( ) No

6. Enseñanza de Matemáticas en 2010:
Un cortador de leña vende un carro de leña por $ 100.000. El costo de producción de ese carro de leña es de $ 80.000. Si Ud. sabe leer coloque una X en los $ 20.000 que representan la ganancia.
( ) $ 20.000 ( ) $40.000 ( ) $60.000 ( ) $ 80.000 ( ) $100.000


De los resultados de la biopsia y el hallazgo de un Alien

Con esta tercera entrega me propongo cerrar la historia de exámenes y posterior biopsia que ha vivido mi sufrida próstata, la que al final no estaba tan a mal traer como se sospechaba.
Debo reconocer eso sí, que igual estaba preocupado y un poco nervioso por enfrentarme a la situación de tener que ir a recibir los resultados. Tanto es así, que decidí no ir a buscarlos antes de irnos a La Serena el fin de semana extra large que tuvimos con toda la familia, un pololo y el perro Milou. Bueno, pero esa es otra historia...
El asunto era enfrentarse al momento de pedirlos ...
Buenos días ! mi nombre es Jorge Acuña y vengo por los resultados de la biopsia. Momentito por favor !, me contesta una enjuta dama con su uniforme característico. El tiempo pasa lento y pienso que talvez no los encuentra, que se extraviaron... hasta que aparece nuevamente y me dice, ahora con una sonrisa en su rostro hierático y de pronto afable... la biopsia está bien, no tiene cáncer a la próstata ! Así sin anestesia !!! care' palo ... y luego pienso que es bueno que las cosas se digan por su nombre, así sin tapujos ni eufemismos.
Camino por los pasillos con una sonrisa de satisfacción al saber que por ahora estoy salvándome y me dirijo a retirar otro de los exámenes, se trata de una "Ecotomografía renal y Vésico prostático", largo el nombre... pero terminé aprendiéndomelo.
Me dicen que el examen está bien aunque hay alguna anomalía en cuanto a su volúmen, algo que aumente de volúmen pienso yo, ya que de un tiempo a esta parte lo único que crece de volúmen es la panza...
Me voy a casa con ese tremendo sobre donde echan los exámenes y al llegar observo detenidamente las placas radiográficas, esas que le pasan a uno y por mas que las mira no entiende nada. Es difícil imaginarse como los médicos pueden ver y deducir tantas cosas de algo tan extraño. Pero... lo que me sorprendió al mirar detalladamente la ecotomografía fue una figura ! un rostro ! un alien !!!

Parece que esta historia irá mas allá de una trilogía...

Yo veo clarito el caracho de un alien en mi ecotomografía...

4 de noviembre de 2011

Al norte y de regreso.

Sintió crujir la capa de sal que cubría el suelo, bajo el peso de sus botas, y supo que se había salido del rastro dejado por los que iban adelante. Lo confirmó una voz áspera, extraña:
--¡A la fila!
Le costaba al sargento sacarle palabras a su boca reseca, pero estaba atento.
Siguió caminando, ¿cuánto tiempo llevaban de camino?, no había manera de saberlo, perdida la noción del tiempo en esa marcha monótona, interminable. Pero los labios partidos daban fe de que hacía mucho ya que habían sacado la última gota de agua de las caramayolas.
Uno de los que iban adelante cayó pesadamente al costado, al parecer alguien hizo ademán de ayudar, porque el teniente dijo con voz firme:
--¡Nadie salga de la fila!, izquierda, derecha, izquierda, derecha, ¡marchen!
Atrás se fue quedando el cuerpo del caído, mientras la columna continuaba la marcha con su ritmo cansino.
De algo servía el entrenamiento, el cuerpo entero gritaba ¡basta, quiero descansar!, pero las piernas, desconectadas del cerebro, seguían obedeciendo la orden –izquierda, derecha, izquierda, derecha.
Miró al costado y vio como se proyectaba la sombra de la columna y pensó: Vamos hacia el norte, al norte.
--¡Nos vamos al norte, niños, nos vamos al norte! Era el grito que alborozados lanzaban mientras se embarcaban en el vapor que los llevaría a la guerra.
Y el vapor, cumpliendo sus deseos, los llevó al norte atravesando el desierto de agua, para dejarlos allí, en ese mar de arena donde ahora caminaban, siempre al norte.
Sus piernas se estremecieron, pero sintió que lo sostenían de las correas de la mochila
-- No afloje compadre, que ya falta poco.
El teniente debió escucharlo, porque dijo con voz serena, tal vez intentaba también engañarse un poco a si mismo:
-- ¡Adelante niños, que ya falta poco, adelante!
La columna siguió su marcha, los labios resecos, los ojos ardiendo, las ampollas de los pies hace rato convertidas en llagas, dejando además, como tributo al desierto, uno que otro cuerpo dormido sobre la sábana de sal.
De pronto, de la cabeza de la columna surgió un rumor, el rumor subió de tono y corrió como un reguero de pólvora a lo largo de la columna convirtiéndose de pronto en mágicas palabras
--¡el agua!, ¡el agua!
Adelante, bajo un improvisado toldo de lona, esperando, se veían las cuadradas figuras de dos carretas cargadas con barriles de agua.
La columna perdió su forma, los oficiales intentaron mantener el orden
-- ¡Tranquilos, niños, si alcanza para todos!
Pero ya la columna se había transformado en un círculo de brazos que rodeaba las carretas, los vasos de las caramayolas en alto esperando el agua que los conmovidos arrieros se apresuraban a repartir.
Cuando al rato, saciada la sed, descansaba recostado en una piedra, vio venir a un subteniente
-- Voluntarios para ir a buscar a los rezagados.
Sintió que una mano se posaba en su hombro,
-- Vamos compadre, vamos.
Se levantó trabajosamente y escuchó su propia voz decir, con un tono extrañamente alegre,
-- Vamos compadre, vamos al sur ahora, para variar un poco.

*   *   *

No lo encontraron, tropezaron con él, el sucio blanco del uniforme se confundía con el blanco sucio del terreno. Estaba como había caído, a lo largo, no tenía señales de estar vivo y, solo cuando lo movieron para ponerlo boca arriba, se quejó débilmente demostrando que a pesar de todo estaba vivo.
--Amigo, venimos a buscarlo, le dijo, pero no hubo respuesta. Le levantaron la cabeza y le vertieron un poco de agua en los labios resecos, agrietados. –Vamos, compañero, beba un poco.
El soldado pareció despertar y comenzó a beber ávidamente. –Pare compadre, no le de mucha agua de golpe, tiene que ser de a poquito.
Lo pensó un poco pero decidió que valía la pena y, lentamente, casi con ternura, le vertió un poco de agua en la cara, para lavarle el polvo que le cubría los ojos.
El soldado entreabrió los párpados y dijo con dificultad –gracias… gracias, amigo, y los volvió a cerrar.
--Es Benitez, pensó, no lo había reconocido, es difícil reconocer a alguien con una costra de salitre en el rostro. Le dio otro poco de agua y pareció reanimarse un poco. --¿Qué paramos a descansar? preguntó, ni siquiera se había dado cuenta de lo que había sucedido, seguramente ya estaba dormido antes de caer.
--No, amigo, se quedó rezagado y nosotros regresamos a buscarlo, llegamos al agua, allá estamos acampados ahora, tiene que levantarse, entre los dos le ayudaremos a caminar, vamos.
--El agua, dijo Benitez, si la escucho, se nota que el río trae agua, llovió harto este año, ¿ven como verdean los cerros?
Se miraron desconcertados, --está desvariando el amigo, dijo, ni siquiera sabe dónde estamos, a mil leguas de algo verde.
--Ya estamos llegando a mi rancho, ¿ven esos tres álamos?, está allí detrás, cerquita del río. Vengan conmigo, descansaremos y mi mujer nos hará una cazuela de gallina.
--Claro, amigo, aquí vamos, ¿cierto compadre?
Se miraron en silencio ¿qué otra cosa podían hacer? En voz baja dijo
-–tendremos que cargarlo, no creo que pueda caminar, el otro asintió.
Quiso darle otro sorbo de agua pero esta cayó al suelo, Benitez no la recibió. No necesitaron comprobar si aun respiraba, el curtido rostro ya mostraba esa paz que solo una muerte tranquila es capaz de dar.
--Venir a morir tan lejos, dijo.
--No compadre, no murió lejos, murió en su casa…

Jenofonte

16 de octubre de 2011

Conociendo La Esmeralda

Fuimos con La Profe a visitar la representación -que no la réplica- que se hizo en Iquique de La Esmeralda (la de Prat, que no faltaron los desubicados que se imaginaban sería otra).



Bonita, bien hecha, pese a que un par de Castillo siempre podrán encontrar algo que decir.

Lo que más me sorprendió, sin embargo, es lo muy bien organizado que está todo. Supongo que será porque el proyecto fue financiado por una empresa minera, Doña Inés de Collahuasi, y más de algo tendrán que decir en su manejo y mantención.

En primer lugar, no es llegar y entrar. Se paga una entrada, pero debe hacerse reservación con anterioridad, ya que el ingreso es con un tour guiado, el que comienza cada 15 minutos, y tiene una duración de 50. Durante el tour se recorre el barco, con exhibición de algunos videos. Resulta un buen detalle el que, mientras se está bajo cubierta, existe sonido ambiental, que recrea el sonido del agua y el crujir propio de un barco de madera.



Todo impecable, considerando que lleva al menos tres meses abierto al público.

Lo que -personalmente- encuentro que habría podido hacerse, es darle un aspecto "menos nuevo". Se ve "un poco demasiado" nuevo, incluso algunos muebles recreados, como las camas de los oficiales, parecen recién traídos de alguna multitienda.


Pero en suma, está muy bien. Un gran trabajo. 

Se cuidó aún detalles como el que -en una ciudad que se caracteriza por la contaminación ambiental producida por aves como jotes, patos yeco y palomas- no hay una sola de estas aves posada en la arboladura del barco, y ni una sola mancha en la cubierta. Con la instalación de un ingenio que reproduce las voces de aves de rapiña, se mantiene a todas esas visitas indeseables lejos del barco.


Por último, hay algo que creo aportaría bastante al tour: el que fuera guiado por un marino. Porque si bien es cierto que la señorita que nos tocó era  no poco agradable, nada fea y no mal preparada, no es menos cierto que le faltaba el amor por el tema. Para ella es su trabajo, supongoNada como un marino para exponer sobre la vida a bordo, sobre mástiles y jarcias y -por supuesto- sobre la gesta heroica de La Esmeralda.




Para más detalles:  Museo La Esmeralda



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10 de octubre de 2011

12 de octubre


El 12 de octubre de 1492 desembarcaron en la isla de Guahahaní los hombres que, comandados por Cristobal Colón, buscaban llegar a las Indias navegando hacia occidente.
En algún momento de la historia, fecha que desconozco, se decidió conmemorar en ese día el llamado Descubrimiento de América, que tal fue lo que sucedió desde el punto de vista de los europeos, que buscando las islas de las especias se encontraron con un continente nuevo para ellos, los aborígenes deben haberse sentido más bien invadidos.
Ha tenido esta día nombres distintos, como El día de la raza y El día de la hispanidad (cuando yo era niño se celebraba El Día de la Raza). Muy pronto tuvo problemas la alusión a la raza, desde que no quedó nunca y para nada claro de que raza se trataba, si  la que conquistó, la conquistada o la dispar mezcla de ambas.
El día de la hispanidad suena mejor, indudablemente, pero solo desde el punto de vista de los hispanos, o de los que, aunque americanos, prefieren sentirse más cerca de la hispanidad que de la herencia autóctona.
¿Pero que significa realmente hispanidad?, se supone que la definición es algo así como: «conjunto de naciones ligadas por una comunidad de intereses y subordinadas a una denominación común de hispanidad».
Desafortunadamente el celebrar el día de la hispanidad puede ser muy razonable para los españoles, pero es difícil que lo sea también para los americanos. No solo desde el punto de vista histórico y político, sabemos que la civilización que los expedicionarios de Colón y los que vinieron detrás trajeron, venía muy acompañada de una feroz intolerancia religiosa y una despiadada expoliación, sino también porque es imposible considerar a las etnias originarias dentro de ese concepto. Además, y para mayor tropiezo, no todo el continente americano fue colonizado por los españoles, por el Este el Tratado de Tordesillas le asignó una parte a Portugal y por el Norte la falta de recursos del desierto del Mojave desanimó aún a los más emprendedores españoles.
Así, en estricto rigor solamente la parte de América colonizada por los españoles y poblada por sus más o menos descendientes, podría acompañar a España en su celebrada hispanidad y quedarían fuera las Américas portuguesa, británica y francesa, que tienen su herencia propia.
Los pueblos originarios, que poco y nada tiene que agradecer a sus conquistadores y poco también a sus actuales descendientes, no debieran tener motivo alguno para celebrar el famoso día en que para su infortunio fueron descubiertos.
Se ha tratado de llevar las aguas de la hispanidad por el cauce de la lengua común, pero eso tampoco ha dado resultados, porque los hijos de la península no solo llegaron a América, sino también se asentaron en otras y distantes regiones del globo. Así, pueden reclamar algo de herencia hispana pueblos tan lejanos y dispares como son los filipinos y los guineanos, por ejemplo, pero ellos no fueron descubiertos por Colón.
Visto así, el día 12 de octubre solo tendría importancia para los españoles, que pueden celebrar tranquilamente el Día de la Hispanidad, puesto que son legitimamente hispanos, o el Día del Descubrimiento, que buen provecho obtuvieron de lo que descubrieron, pero es difícil que los americanos puedan celebrar algo, los del centro y el sur porque no pueden celebrar lo que les fue funesto y los del norte porque ellos fueron descubiertos primero por Leif Ericson y después por los ingleses, a los que jamás se les ha ocurrido la idea de celebrar el dia en que comenzaron a llegar a las costas de Virginia.
De modo que mientras en España se celebra La Fiesta Nacional, en los paises americanos se celebran, el mismo día, cosas tan dispares como El Día del descubrimientos de dos mundos, El Día de las Américas, El Día de Colón o el atroz Día de la Diversidad Cultural Americana. Es que, como sea, si se trata de un día festivo cualquier motivo sirve ¿y quién se atreve a quitarle un feriado al pueblo?.

7 de octubre de 2011

¿Quién más?


De visita en casa de Ceci (grata por demás), bajé el primer día de dos en dos los escalones, cuarto piso abajo, para comprar pan para el desayuno. Y saludé, obvio, ¿cómo no?, a la señora del aseo, que se afanaba en barrer  las escaleras, y al conserje, de abúlico aspecto, encerrado en su recinto. Añadí una sonrisa al regresar, por cierto, que el aire fresco de la mañana y un cielo despejado y azul favorecían el buen humor.

Más tarde, Ceci consideró apropiado el avisar al conserje de mi presencia, para que no fuese a ponerme trabas en mis entradas y salidas. Estaba allí la señora del aseo también, cuando le dijo que estaba de visita su hermano.

- Ya lo sabemos, fue la respuesta.
- ¿Pero, cómo lo supieron?
- Bueno, es que lo vimos salir en la mañana, y nos saludó, así es que tenía que ser su hermano...

- Plop! (como diría Condorito...)

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5 de octubre de 2011

El baliao Llon Güein

Los augurios comenzaron el día previo a la biopsia.
Como es la costumbre dominical nos encaminábamos a la casa de mi suegra cuando al llegar una paloma me disparó sus deposiciones en plena mollera. Aparte de las risas que produjo tal bombardeo, varios se apresuraron en hacerme presente que dicho acontecimiento era un signo de buena suerte, a lo que asentí resignado sin saber lo que se avecinaba.
Esa misma noche siguiendo las instrucciones previas a la biopsia, ingerí el antibiótico correspondiente y me autoinferí dos disparos de glicerina, algo así como esas cosas llamadas calitas y que administrábamos a nuestros niños cuando "no les corría el cuerpo"
El día señalado partí bañadito, perfumado y hasta con unos boxer nuevecitos que esperaban en el closet para una ocasión que lo ameritase, no fuera a pasar verguenza con los regalones, esos medio gastados pero querendones.
El bus que me transportaba iba raudo hacia mi destino cuando me percato de otro presagio, allí antes de bajar unos escalones hay un letrero que avisa CUIDADO CON EL PELDAÑO, al cual los graciosos de siempre han raspado borrando algunas letras y quedando CUIDA EL ANO.

Un poco preocupado llego donde el doctor que me va hacer el examen y una vez cumplidos los saludos de rigor me indican que me acueste en la camilla para realizar el procedimiento mientras veo con cierta resignación que tengo a dos damiselas de público, supongo alumnas en práctica que verán y aprenderán de todo el proceso. Me siento entre que estoy colaborando con el desarrollo de la ciencia y un poco como cobaya.
La cosa comienza cuando una pequeña cámara invade mis intimidades buscando llegar allí donde se supone puede haber algún problema y enseguida de esa prospección ingresa el adminículo que pondrá insensible la zona y cuando ya anestesiado pienso que la faena ha concluido, el doctor Chacón me espeta ... ya! ahora vamos a sacar las muestras de tejido !


Y allí Llon Güain recibe doce disparos sin poderse defender. La andanada la recibo estoicamente aunque me parece interminable, y suspiro aliviado cuando el dueño de la artillería dice... bien ! es todo por ahora y me quedo allí tirado con doce impactos en mi humanidad.
Pasado un momento debo incorporarme y luego de recibir por parte de la enfermera las instrucciones post ataque armado me recoge mi doña para llevarme a mi humilde hogar donde reposará el guerrero.
Y he aquí que comienza la debacle, las doce heridas sangran profusamente y chorros del preciado líquido vital se pierden en las tuberías que atraviesan las entrañas de la metrópoli. No hay forma de detener su flujo incesante, la preocupación inunda mi ser y también el de los que me rodean. Hay que partir prontamente a Urgencias, donde después de un chequeo previo me derivan en ambulancia a un centro asistencial. Ya me he desmayado dos veces por la pérdida de sangre y llego lívido pero sin perder la conciencia a urgencias donde me trasladan en camilla a un box. Allí quedo medio alelado mirando el cielo con ese paisaje monótono y frío que entregan aquellos fluorescentes tan acogedores. El internista ordena poner suero y comienzan los chequeos de los signos vitales junto a exámenes varios mientras estirado en el camastro veo el ir y venir de enfermeras y doctores. Intento aguzar el oído para tratar de escuchar sus conversaciones y saber si hay alguna noticia sobre mi estado. Las horas pasan y cada vez que una cabeza se asoma en mi box pienso que la larga espera ha terminado. Finalmente y ya estabilizado y cuando es pasado la una de la madrugada el doctor firma el alta y puedo volver junto a la familia que aguarda espectante en la sala de espera.
El show ha terminado, aunque todavía tengo las pate' lana y me siento debilucho, estoy con reposo absoluto si es que cabe cumplir una cosa así. Por ahora mi condición es en posición horizontal con lectura, internet y videos. Sin embargo aunque sé que no voy a durar mucho en cama aprovecho el tiempo para escribir y para relatarles esta nueva experiencia médica que me ha tocado vivir.

4 de octubre de 2011

30 de septiembre de 2011

Y verás como quieren en Chile...


Mi carnet de identidad (cédula, para algunos), se venció.
El Registro Civil pone como fecha de vencimiento la misma que el cumpleaños del individuo en cuestión, para que los bobos no se olviden y lo renueven a tiempo.

Obvio, cuando uno cumple años, lo menos que hace es recordar que se le vencía el carnet, de modo que igual se te pasa la fecha, y no te das cuenta hasta que ya es tarde, cuando lo presentas para cualquier trámite y te dicen, con cara de pocos amigos: está vencido.

De modo que tuve que ir a renovarlo.
Obviamente, aunque llegué 45 minutos antes de que empiecen a atender, ya había una apreciable fila.
Y cuando estás en una fila por 45 minutos, o hablas con alguien o te aburres soberanamente, de modo que miré alrededor, a ver a quién podía dar la lata para entretenerme.

Antes de mí, había unos cuantos hombres con cara de pocos amigos.
Detrás de mí, una mujer que parecía simpática, y una anciana (que no parecía ser lo latosa que resultó), el resto ya estaba muy apartado para conversar.
De modo que empecé a hablar con la muchacha, que resultó ser Argentina, y bonaerense por añadidura. Ambas cosas me sorprendieron, pues de argentina no tenía nada, ni siquiera acento, y de bonaerense, menos aún, que era simpática y agradable como no espera uno que sean los argentinos, más aún si vienen de la capital, che ¿viste?

No advirtió que yo era chileno, tal vez porque soy afable y no miro en menos a nadie, y en medio de la conversación comentó que los chilenos no quieren a los argentinos, dicen que somos muy sobrados, y remató con un nos odian. Esto fue asentido por varios de los que estaban haciendo la fila, la mayoría extranjeros.

Entonces yo tuve que intervenir, para sacarla de ese error grave de apreciación que tenía, y le dije:

- Te equivocas. No es que los chilenos no queramos a los argentinos. Lo que pasa es que los chilenos no quieren a ningún extranjero, sea argentino, peruano, boliviano o colombiano. A ninguno. Los chilenos aprecian solamente a los extranjeros blancos y rubiecitos, mejor si tienen ojos claros. A ésos los tratan como si fueran los dueños de casa, pero a los demás, nada, que se creen superiores.

-

No sé quién inventó esa frase estúpida de que "somos los ingleses de América del sur", pero creo que aplica perfectamente, al menos, en lo racistas.

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28 de septiembre de 2011

¿Universidad gratis, para todos?


Aburrido estoy de escuchar las maravillas que comentan acerca de lo maravillosa, universal y gratuita que es la educación superior en Cuba.
Tan aburrido, que hablé con mi concuñado cubano, nacido y criado en la Cuba de Fidel, (avecindado en Chile desde hace 6 años) y le pregunté qué tan universal y gratuita es.

Y me ha dicho lo que yo ya imaginaba:
Es universal, sí, pero sólo el derecho a postular.
Y es gratuita sí, para el que es capaz de mantenerse en la carrera y sacarla adelante. Nadie podría, como sucede aquí, hacer una carrera de 4 años en 5 y medio.

Todos pueden postular, pero se les examinan sus antecedentes académicos y personales, para luego, los que pasaron ese análisis, rendir una prueba de admisión (suerte de PSU) para ganar recién la posibilidad de ingresar, si se está entre los mejores.

El que falla en la universidad, por algún motivo, es extremadamente difícil que vuelva a entrar. La oportunidad es una sola. En su caso, el había logrado un cupo, pero al venirse lo perdió. Si regresara, ya no podría estudiar.
Bajo esos parámetros, sí, la universidad en Cuba es gratuita y para todos.

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24 de septiembre de 2011

A propósito de Cabernet Sauvignon

A propósito de este vino, mencionado por Reca en comentario anterior, insertaré el siguiente anuncio:


Se regala vino Cabernet Sauvignon, Casillero del Diablo, de la Viña Concha y Toro, auspicio del Manchester United incluído.
Me lo regalaron en ele Sindicato, y odio el Cabernet Sauvignon, vino que no entiendo por qué parece ser el varietal nacional, pues vayas donde vayas, siempre te cruzas con uno. obvio que es el vino que siempre nos regalan. Aún tengo un Tarapacá de los mismos de hace un par de años.

(Además, es el único vino que me enferma. No sé la razón, pero se me sube la PA cuando lo tomo.)

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22 de septiembre de 2011

La fonda de los Hernández Zazpe

Llega septiembre y el familión de mi esposa, once hermanos y sus respectivos/as incluyendo los retoños, se aprestan a celebrar como es su tradición familiar el cumpleaños de la patria. Para ello se organizan haciendo empanadas y cocinándolas en un horno que se encuentra en el taller donde se trabaja en estructuras metálicas. Ese lugar se despeja y se adorna con banderas y guirnaldas dieciocheras para instalar la fonda donde se comerán empanadas con ají y pebre, se tomará vino, cerveza y otros.
También se realizan juegos tradicionales como el trompo, el emboque y se elevan volantines.

Luego de engullir varias empanadas y empujarlas con algún líquido viene el zapateo mi alma !!! Tiqui-tiqui-tiiii !!! se armó la fiesta y vamos bailando.

Al caer la tarde viene la infaltable "parada" donde al son de marchas militares los presentes van desfilando frente a la " mater familiae" utilizando cualquier elemento que se encuentre por ahí.

Casualmente nuestro sobrino Álvaro está de cumpleaños por lo tanto durante la noche viene el consabido asado a cargo de sus padres, Pancho y Cecilia.

Después de todo esto que someramente les he relatado, solo queda sobrevivir.

Mi sobrina Andrea y un compañero de baile

Todo comienza con un esquinazo

Con las manos en la masa

La marmita con el pino

Los buenos huevos duros

Las aceitunas deshuesadas

Uslereando y armando las empanadas

Ya están armaditas

Y listas para ir al horno

En la puerta del horno

El maestro oficial

Se ven apetitosas

Mi copa y "mis" empanadas

Ají verde y cilantro

Pebre

Ajicito

Un rincón del bar abierto

La decoración dieciochera

Maestro del trompo

Preparando los volantines

Mi doña dándole a la cueca

El desfile

"Impecable" parada


El asado final