17 de diciembre de 2008

Rayado! hijo de tigre

Al final, y como diría nuestra madre: "Claro, hace rabiar todo el año y al final pasa sin problemas" recordando a un famoso que hacía de las suyas, y que ahora las "paga" con la misma modeda. jaja.

Erik pasó a 4º Medio, con un promedio general de 5.2 y solo problemas en Educ.Física, al igual que sus hermanos mayores y claro está, su padre. Aparte de eso... una de las mejores notas de Fïsica del curso! Qué le puedo decir, solo felicitarlo y desearle lo mejor en este 2009, su último año de Media.

Anecdota: El fin de semana pasado, se me murió el celular, fallecido totalmente, OUT. no encendía, nada!. Llamé a Erik, quien fué a verme y... tomó el PC, bajó algunas cosas, se conectó a otras, enchufó el celu al PC y en unos minutos, lo tenía operativo, a toda capacidad y sólo con la pérdida de los contactos, todo lo demás estaba bien. Qué le pasó al celu? ni idea, empezó con problemas con los mensajes, luego el bluetooth y terminó con la pantalla blanca e inoperante. Entonces, luego de lo que hizo Erik, que no tengo bien claro qué fue, el teléfono quedó como nuevo, rápido y sin problemas. virus? tal vez... pero fué reseteado, actualizado y dejado operativo. Seguramente me ahorré muchos $$, tiempo y malos ratos.

Hijo, Felicidades y ADELANTE. con tus capacidades llegarás lejos, solo empéñate un poco más y no me hagas rabiar!

11 comentarios:

Anónimo dijo...

por estos lados algo similar sera de familia?
parece historia conocida,pasando susto y sacando promedios hasta dacir ...!me alcanza ,bravo !

Anónimo dijo...

kena

Anónimo dijo...

Esa es la parte difícil de los estudios, tener que aprobar los ramos.
Claro que es distinto al pasado (muy pasado) donde a los colegios no fiscales iban profesores del liceo a tomarnos exámenes.
Quien iba a pensar que la educación fiscal terminaría con esta diferencia negativa en comparación con los colegios subvencionados y particulares decadencia.
Me aparté del tema, felicitaciones a don Erick por la remontada de última hora.

Don Pato dijo...

Es bueno tener un Erick que nos apague "los incendios" no es cierto primo Rodolfo?
Yo tengo mi David que me salva cuando estoy empantanado.

CeciliaCastillo dijo...

Ah, qué envidia... y ustedes no escuchan eso de "¿cómo no vas a saber?"

CeciliaCastillo dijo...

Igual, Rodolfo, sigo creyendo más en la educación técnico profesional. Lamento que Erick no lo comprendiera...pero, en fin, eligió darse de cabezazos. Sólo espero que algún día vaya donde su tío y le diga "Tío, usted tenía razón", si es que se equivoca.

Y si es que tiene razón, solo le resta preocuparse de los problemas que los jóvenes encuentran en el amor. Que son CUATRO. A saber:
1. La incomprensión
2. La alienación
3. La frustración
4. Las guaguas

Le tendremos fé.Qué remedio...

Rudolf Kastell dijo...

gracias por todos los comentarios.
No me queda otra, pondré la manos al fuego, por mi retoño. Tiene capacidad de sobra, actitud, le falta un poco. Tambien a ver si la polola coopera y lo anima a estudiar. Hermana, no nombres "guaguas" ya pasé un susto.
Ah, y a esta altura, ya no me dicen "cómo no vas a saber!", ahora solo suspiran y se sientan para hacer, no explicar, sólo hacer.
Primo Pato, menos mal que tenemos a quien echar mano, que si nó....
jaja

Don Pato dijo...

Es verdad que por mi trabajo sé bastante y me manejo mejor que la media en estos temas computacionales a pesar no haber nacido como nuestros hijos con un teclado y un mouse en la mano.
Claro que siempre nos tropezamos con problemas más o menos insalvables y allí están nuestros retoños con una paciencia sin límites...
Prima Ceci, ya no dicen "cómo no vai a sabeeer"... me dicen " P'tas que soy agüe...o"

CeciliaCastillo dijo...

En el liceo soy la profe que más sabe de computación, pero no es gran cosa sino solo "cómo serán los demás". También soy la que tiene un celular muy moderno, lo que me da prestigio con los alumnos, pero cuando fui a Antofagasta la última vez, mis sobrinos movieron la cabeza y chasquearon la lengua, ya que encontraron que el celular estaba "sub usado". Me explicaron lo que podía hacer con él, y no entendieron nunca que yo lo uso para hablar por teléfono, enviar mensajes de texto y despertar con la alarma... No lo podían creer...

Don Pato dijo...

Uf ! que curioso... en el colegio de la señora Flor, mi santa esposa, es una verdadera eminencia en el tema. Todo le preguntan a ella, y aquí en la casa es poco menos que retardada... ya ves, todo es relativo...
En cuanto al celular, estoy de acuerdo contigo y a pesar de que el mío tiene varias funciones, me interesa que sirva para recibir y llamar, que no pifie en esa capacidad que debe tener. A veces ocupo la radio en trayectos largos, y la cámara... uf! es pura monería. Tampoco le doy bola a los juegos. Encuentro que hay otras cosas más entretenidas como observar el entorno, leer y caminar por la ciudad.
Chitas que soy fome viejo Oh!!

Anónimo dijo...

Tal vez debí morderme la lengua
y no comentar,
pero no puedo dejar de recordar a mi padre,
y no puedo dejar de pensar
en que la única vez que -junto a mi mamá- me dejaron tomar una decisión por mí mismo,
me equivoqué absolutamente y elegí el Liceo de Hombres,
mismo en que mi sobrino y ahijado estudia ahora.
No puedo negar que hoy tengo un buen trabajo, pero nadie puede negar tampoco, que el camino para llegar a él estuvo tapizado de sangre, sudor y muchas lágrimas.
Todo habría sido más fácil,
para mí y para la familia que he formado,
si hubiera escuchado el consejo de mi papá, que me instaba a estudiar en "el industrial"...
Prueba simple de ello es que mi sobrino Hermann -su hermano mayor-, tras pocos años de trabajo, gana más que yo.
Y esto sin estar expuesto -como lo estoy yo- a las vicisitudes de un trabajo de supervisión, alcanzado a puro esfuerzo, tras toda una vida de bregar en múltiples y variadísimos trabajos, que indudablemente tienen gran parte de culpa de lo que mi cuerpo me hace sufrir ahora...

Nunca he dudado de las grandes capacidades de mi sobrino y ahijado, ni dudo de que sea capaz de lograr muchas cosas, pero creo que, por eso mismo, no puedo dejar de lamentar que no haya escuchado nuestros consejos.
Pero ¿quién puede culparlo?,
tampoco yo seguí los de mi papá, por mucho que lo quería...
Lástima que, como él decía, el arrepentimiento llega tarde...

Deseo fervientemente que para él no sea así, y que todo le vaya bien, y deseo -honestamente- estar también equivocado al pensar que decidió mal.