14 de diciembre de 2007
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5 comentarios:
Mira còmo se mantiene bien este niño!
Oye, ya está bueno que le hagas ropa nueva al pobre.
¿Te refieres al sufrido, vejado y aplastado Gonzalo, alias "el almohadita de siesta"?
Yo tuve un oso amarillo muy grande. Nunca entendí el porqué de tan grande. Cuando crecí, fue quien recibía los golpes o llaves de los hermanos menores que practicaban "artes marciales" con él. Posteriormente lo heredó la loli y adoptó aun cuando al principio el oso era más grande que ella.
Yomiacuerdodeeseosoamarillo...
Pobrecito, acabó de mala manera, sin ojos, con una oreja menos...
Ah, y no me pregunten cómo llegamos a saber de qué estaba relleno... fué una larga vida, pero muuuyyy sufrida...
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