11 de diciembre de 2007

Recuerdos breves 4

Recuerdo al abuelo Elías en el centro del patio de una casa en calle Pení. La primera casa donde vivieron los abuelos y las tías después de la égira desde Carén.

El abuelo, que estaba sano aun, había ordenado a los primeros nietos: Requi y yo, que lo llamáramos Papá Elías, pero la tía Fresia les enseñó a sus hijos a decirle abuelito, y pronto todos lo llamamos así.

Debe haberle costado acostumbrarse a la ciudad y a la inacción, y seguramente la abuelita Carmela le inventaba tareas, porque yo recuerdo al abuelo Elías en el centro del patio de esa casa sentado junto a un brasero portador de una enorme paila de cobre donde hervía una no menor cantidad de mermelada.

Recuerdo al abuelo revolviendo, revolviendo, mientras molestaba a la Vivi con que su abrigo era azul:

Es azul… No, abuelito, es yojo.

Te digo que es azul y es azul… Peyo, abuelito (pucherito de tres años) si es yojo, es yojo..

Pobre la Vivi, alguien tenía que venir en su rescate y decirle al oído “Claro que es rojo” mientras se la llevaban en brazos, previa mirada de reproche al abuelo, lejos de su propio abrigo…

9 comentarios:

Don Pato dijo...

Debo haber tenido casi seis años cuando vivíamos en la calle Juan de Dios Pení y a pesar que el abuelo gozaba de buena salud me parece verlo como el caballero de la triste figura, trasplantado de su ambiente natural como era Carén y llevado ( a la fuerza?) a una ciudad que le era ajena.

Alguien me puede contar cuales fueron las razones por las que se vinieron de Carén a La Serena??
Profe??

Violeta se llamaba la bella y robusta mujer que ayudaba en los quehaceres de la casa de Pení. Talvez por la falta de piezas nos tocó de alguna manera compartir un recinto separado apenas por un medio tabique y una improvisada cortina a través de la cual, no sin cierta dosis de culpa mezclada con curiosidad, avizoraba cuando llegaba el momento de acostarse, como se despojaba de sus ropas y se dejaba ver un cuerpo vigoroso junto a unos senos de matrona que por esos días me causaron honda impresión.
La visité años después, estaba casada con su eterno novio, el Tabilo y tenía una hermosa familia. Le conté todo esto y se mataba de la risa de mi boyerismo infantil.

Profe, lindos tus recuerdos breves. El abuelo Elías fué alguien especial durante mi niñez y esto que mantengamos vivo su recuerdo es un digno homenaje a su memoria.
Eso de la Vivi y su abrigo es notable...
Gracias

Anónimo dijo...

Como soy menor, recuerdo al abuelo en la casa de Domeyko, cerca de una enorme radio de tubos. Su salud ya no era muy buena y no recuerdo diálogos.
A Violeta la he visto después, tuve la oportunidad de visitar su casa hace pocos años y conocer a a sus hijos y nietos. Su salud poco la acompaña aunque hasta hace poco todavía hacía empanadas para la venta.

Rudolf Kastell dijo...

hermosos recuerdos de los "mayores", el ùnico recuerdo que tengo es de la casa de Domeyko, donde por esa època vivían los Montoya-Castillo, donde ademàs, no nos permitìan jugar con las primas. (¿?) Me lo sacaron en cara muchos años despuès, pero me declarè inocente, solo obedecìa òrdenes. Pero de los abuelos paternos, solo conozco las fotos, y algùn que otro comentario.
Repito la pregunta del Pato, porquè se fueron a La Serena?

Anónimo dijo...

parece que fue por las tias que eran jovenes,para un mejor porvenir.como se decia antes.
kena

Anónimo dijo...

yoo tambien tengo un minimo recuerdo del abuelo ya enfermo

en calle domeyco y no ibamos muy seguido
kena

Anónimo dijo...

Rudolf
A lo mejor ya eras famoso...jajaja

Rudolf Kastell dijo...

chistoso!....
aunque....
nunca se sabe....
jejeje

Anónimo dijo...

Sólo diré una cosa...

Me alegro de haber tirado
la pequeña piedrecita,
que causó
esta avalancha de recuerdos olvidados y/o escondidos...



¿Porqué dejamos que se pierdan estas cosas?
Sé que a nuestros hijos "no les van ni les vienen", pero creo que a nosotros nos queda suficiente hilo en el carrete, como para disfrutar compartiéndolos...

Una pena que el Reca no aparezca ya por acá... más de algo debe recordar...

Don Pato dijo...

Viví con los abuelos y con las tías en la calle Domeyko y creo que allí en esa casa minúscula la salud del abuelo se comenzó a deteriorar. El espacio era muy pequeño para que pudiese maniobrar un hombre de la talla del abuelo Elías. Con sus casi dos metros de altura se tenía que agachar para cruzar la puertas !!!

Esa radio a tubos estaba en el comedor y tenía un ojo mágico de color verde que con sus pulsaciones me hipnotizaba cada vez que pasaba frente a él. Siempre he querido tener una radio como esa y aún no pierdo las esperanzas.