4 de enero de 2013

Y claro que me detuve...


Entre tantos grises edificios,
que nos ocultan el cielo y el sol;
entre tanto muro rayado y/o graffiteado;
entre tanto basurero rebosante y tanta calle sucia;
entre tanto mozalbete con los pantalones a medio caer,
y tanta muchacha chascona y mal vestida;
encontrarse por la calle
con un ángel de ébano y luenga cabellera,
cuyo blanco,
amplio
y vaporoso vestido
baila al compás de sus cadenciosos pasos,
amerita,
yo creo/digo/afirmo,
amerita detenerse un momento
sólo para verla pasar...



(Obvio que la versión que yo vi era mejor que la de la foto...)

 .