30 de septiembre de 2011
Y verás como quieren en Chile...
Mi carnet de identidad (cédula, para algunos), se venció.
El Registro Civil pone como fecha de vencimiento la misma que el cumpleaños del individuo en cuestión, para que los bobos no se olviden y lo renueven a tiempo.
Obvio, cuando uno cumple años, lo menos que hace es recordar que se le vencía el carnet, de modo que igual se te pasa la fecha, y no te das cuenta hasta que ya es tarde, cuando lo presentas para cualquier trámite y te dicen, con cara de pocos amigos: está vencido.
De modo que tuve que ir a renovarlo.
Obviamente, aunque llegué 45 minutos antes de que empiecen a atender, ya había una apreciable fila.
Y cuando estás en una fila por 45 minutos, o hablas con alguien o te aburres soberanamente, de modo que miré alrededor, a ver a quién podía dar la lata para entretenerme.
Antes de mí, había unos cuantos hombres con cara de pocos amigos.
Detrás de mí, una mujer que parecía simpática, y una anciana (que no parecía ser lo latosa que resultó), el resto ya estaba muy apartado para conversar.
De modo que empecé a hablar con la muchacha, que resultó ser Argentina, y bonaerense por añadidura. Ambas cosas me sorprendieron, pues de argentina no tenía nada, ni siquiera acento, y de bonaerense, menos aún, que era simpática y agradable como no espera uno que sean los argentinos, más aún si vienen de la capital, che ¿viste?
No advirtió que yo era chileno, tal vez porque soy afable y no miro en menos a nadie, y en medio de la conversación comentó que los chilenos no quieren a los argentinos, dicen que somos muy sobrados, y remató con un nos odian. Esto fue asentido por varios de los que estaban haciendo la fila, la mayoría extranjeros.
Entonces yo tuve que intervenir, para sacarla de ese error grave de apreciación que tenía, y le dije:
- Te equivocas. No es que los chilenos no queramos a los argentinos. Lo que pasa es que los chilenos no quieren a ningún extranjero, sea argentino, peruano, boliviano o colombiano. A ninguno. Los chilenos aprecian solamente a los extranjeros blancos y rubiecitos, mejor si tienen ojos claros. A ésos los tratan como si fueran los dueños de casa, pero a los demás, nada, que se creen superiores.
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No sé quién inventó esa frase estúpida de que "somos los ingleses de América del sur", pero creo que aplica perfectamente, al menos, en lo racistas.
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11 comentarios:
hermano,mi carnet se vence en noviembre,lo acabo de revisar,chuuuu,me queda poco,tendre que hacer el tramite luego.
Rodrigo,concuerdo contigo en tu apreciación pero no en la generalización cuando hablas de "los chilenos" aquí o allá...
Soy chileno y no tengo ese sentimiento y la xenofobia no está conmigo, me gusta mucho interactuar con extranjeros peruanos, bolivianos y ecuatorianos, además me parecen muy cultos y respetuosos.
Me hubiese encantado conversar con esa bonaerense...
Una vez iba yo en una micro santiaguina (de las amarillas). Y un Domingo en la noche un chofer intentaba bajar del bus a un pasajero que era ecuatoriano. El chofer le decía "yo no llevo a Peruanos!!!!" tirándole las monedas encima. Y el hombre desesperado le decía "no soy Peruano, soy Ecuatoriano"...
Yo no hice nada, me dió miedo el chofer. Nadie hizo nada.
El Ecuatoriano se bajó claramente con el corazón partido. Por mucho tiempo lo acompañé en su sentir.
Como dice el primo Pato, no se puede generalizar, pero también se dice cría fama, y échate a la cama, y con la fama que nos dan personajes como ese chofer, ya podemos darnos por perdidos.
Te faltó la adoración del chileno por los españoles. Es tal nuestro auto-colonialismo que hasta son personajes de primera línea algunos chilenos que luego de una breve estadía en España llegan con acento ¡Y lo conservan! porque son apreciados por esto. ¡Qué triste!
Por eso me cae bien Iván Zamorano, quien NO vendió la chiva esa de que el acento "se pega". Incluso él cuando vivió allá tuvo siempre cuidado de contestar las entrevistas en dialecto castellano español si el medio era español, y en castellano chileno si el medio era de acá.
Sin embargo conozco algunos que han ido a hacer un postgrado por un par de años, han vuelto, y tres años después aun dicen "tío" y "coño".
Las generalizaciones no son malas en una instancia como esta. Se entiende que las excepciones (o sea, nosotros) están incluidas.
Yo creo que todos somos racistas en un sentido biológico. Eso es atávico. Pero serlo racionalmente lastimando a otros es imperdonable.
Lo de "nos odian" de la argentina me parece muy exagerado,eso no es verdad, odio es otra cosa.
Ahora esto del chofer ¿qué tiene de extraño?, seguramente es hermano del chofer que en Temuco no deja subir a un mapuche, y el mapuche es chileno ¿o no?.
Ahora, a mis niños los atiende un pediatra ecuatoriano, en Urgencias me atiende un médico boliviano, ayer me corté el pelo con una peruana, en el restaurant el mozo es argentino, fui a la farmacia y el medicamento me lo vendió una dominicana, ¿con qué ropa me pongo xenófobo?...
Estaba pensando que en la escuela México, donde trabaja mi Doña, un gran porcentaje de los niños son extranjeros, principalmente peruanos y ecuatorianos. También hay bolivianos y brasileños por lo que veo que en esa escuela se están formando niños chilenos mas tolerantes y menos xenófobos.
Entreparéntesis, hoy me llegó la hora fatal y deberé presentarme bañaíto para que me realicen la biopsia a la próstata.
yo siempre he sido racista y xenófobo (además de otros "ófobos"), pero a esta altura, estoy mucho más tolerante.
Pero siempre me viene el recuerdo de la mamá, cuando pedía cambio de asiento en el bus, si el acompañante no calzaba en los cánones apropiados. Y para qué decir del papá, que cambiaba el canal de la TV si salía algún negro; aunque estuviera de visita...
Creo que influye un poco el lugar donde se vive. Recuerdo en una película de guerra de USA donde el único blanco no racista era uno de un estado del norte donde no habían negros. El se justificaba ante los demás diciendo que nunca había convivido con un negro solo los conocía por fotos o la tv.
Creo que Tacna es una ciudad más patriótica y antichilena que el resto y a la vez una ciudad como Arica también vive su patriotismo y antiperuanismo en mayor grado que Santiago.
Pero por lo que he conversado con "hermanos latinoamericanos" hay más racismo en Bolivia en la zona blanca con sus connacionales del alto que el que se vive en Chile contra los extranjeros. También en Perú y Colombia las cosas son peores entre ellos que el trato que reciben acá. Porque por un chileno que los "patea" hay tres que lo ayudan y la prueba está que día a día llegan más inmigrantes. No mencionan los colombianos que cada día son más y en menor escala los haitianos que llegan a pesar de que no hablan español. Sé que en Antofagasta hay varios uruguayos avecindados también hace años.
Creer que nuestros vecinos nos aman es un gran error, creer que si vamos en masa a sus países a trabajar nos van a recibir con los brazos abiertos es un tonta ilusión, nunca nos han querido excepto los ecuatorianos y paraguayos. No obstante, creo que de acuerdo a los tiempos tenemos que acostumbrarnos a ser un pequeño Nueva York donde llegan de todos los países a vivir
"Después de la creación del mundo, dice la Biblia, "y acabó Dios en el séptimo día su obra que había hecho." Pero lo que la Biblia no dice es que, en el momento preciso en que Dios se disponía a tomar un bien merecido descanso, un arcángel muy alterado vino a avisarle que algo imprevisto ocurría en la creación: Habían quedado pequeñas cantidades de todos los elementos empleados en la formación del mundo. ¿Qué hacer con todo eso?, ¿qué hacer con toda esa arena y esos hielos?, ¿qué hacer con los volcanes, los metales, los árboles, los ríos, el calor y el frío, los jardines y los desiertos, los trópicos y los témpanos, los fiordos y los valles?, ¿qué hacer con todos esos animales y todas esas flores? El Todopoderoso, justamente contrariado por semejante error de cálculo de parte de sus subordinados, y resuelto a no dejar turbar su reposo, ordenó al mensajero que lo arrojara todo en un solo montón, a cualquier parte del extremo del mundo que acababa de crear. El arcángel deliberó con sus colegas de las falanges celestiales y en apresurado vuelo inspeccionaron el mundo. Después de un rápido cambio de ideas, decidieron que los Andes, que formaban una barrera a lo largo del continente sudamericano, parecían corresponder, en cierta forma, al sitio designado por el Señor. Tomaron entonces todo lo que quedaba y lo dejaron caer detrás de la enorme cadena de montañas. Fue así como, entre la cordillera de los Andes y lo infinito del océano Pacífico, surgió una estrecha faja de tierra que contenía todos los elementos que habían servido para hacer el resto del mundo; Dios dejó a sus criaturas favoritas al cuidado de reunirlos en un todo, capaz de formar un país y una nación. Volando sobre las cumbres de los Andes, e inspirado por lo que tienen de sublime, así me imaginé la creación de Chile."
Tibor Mende, en América Latina entra en escena (1953).
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