10 de enero de 2008

Les presento a Cochinón

Como visualizo una sequía en las participaciones, aprovecho la oportunidad para presentarles a un conspicuo representante de nuestra familia cuyo nombre original es Cochinón y que en su forma abreviada es simplemente Cochi.
Este personaje nos adoptó siendo muy pequeño y finalmente se arranchó para siempre (?) haciéndose dueño de cada rincón de nuestro humilde hogar.
Sé que en este blog se ha hablado de cierta animadversión a los gatos, exceptuando al primo Rodolfo, si no me equivoco. En su momento tomé palco, leyendo lo que se decía de estos felinos y esperaba el momento de contarles lo que pienso de ello.
Quiero puntualizar que en general me gustan todos los animales y que por preferir los gatos (vivimos en un departamento) no necesariamente odio a los perros como se estila por ahí...
Creo que un animal es una buena compañía, de hecho Cochinón me acompaña echado en un sillón mientras escribo en este blog.
La verdad es que me siento identificado con la personalidad y las características de los gatos, a saber: su independencia, su circular silencioso y piola, sin estridencias, sin bulla. Les gusta estar tranquilos y ojalá solos, alejados de la chimuchina y los alborotos. Elijen a quienes le van entregar su compañía y no se dejan querer por cualquiera que se les acerque. Son observadores y analizan con sumo cuidado su entorno ante la eventualidad de tener que deslizarse subrepticiamente...

En fin... soy casi un gato, pero con sangre Castillo.


Una tarde de domingo, apropiándose del cuerpo D de El Mercurio

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, es que, como ya quedó establecido, son así... medio sin asunto, hasta que alguien los hace picar el gusanito...

Respecto al minino, bueno, aí son esos peludos animalitos... patudos y buenos para agarrar confianza. Lo que se les reprocha, y como no, es que no vaya a hacer uno lo mismo con elos (tomar confianza9 pues enseguida, o te rasguñan, o toman las de villadiego...

Por eso prefiero a mi perrilla, que ahí, enrrollada a mis pies, me acompaña en mis amanecidas computacionales...

Anónimo dijo...

ESE ES MI PRIMO. Completamente afín, y como ya todos saben, me encantan los gatos y, por supuesto, tambien tengo alma gatuna. Se vé que es un buen ejemplar. Estoy esperando que se destete un minino que me regalaron, para llevarlo a casa. Perros? no, no, no. aunque hay algunos simpáticos, generalmente "sienten" mi aura gatuna y me ladran o atacan, así que mejor los evito.
Lindo Cochinón, me agradó a primera vista, aunque no lo conozca personalmente.
¡vivan los gatos!

Don Pato dijo...

Rodrigo, Cochinón es educadito y no anda por la vida rasguñando a su familia, excepto cuando lo sacan de quicio. Sólo hay que dejarle muy en claro que no es el macho alfa de esta manada y que aquí mando YO. La confianza que le hemos entregado hace que pueda estar en cualquier lugar exceptuando el mesón de la cocina, que lo tiene terminantemente prohibido. Jamás hace sus necesidades en el departamento fuera de algunos casos extremos cuando ha estado gravemente enfermo que lo ha hecho sobre El Mercurio (!) o dentro de la tina.

Primo Rodolfo, sabía que tendría tu apoyo y espero que pronto puedas gozar a tu minino. Nuestro Cochi es bello y enamorado como él solo tanto que ha pasado por varias durante sus siete vidas gatunas. Estimo que le quedan unas cuatro solamente. La más grave fué cuando le dispararon y tuvimos que llevarlo al veterinario para que lo operaran. Le abrieron todo el abdomen y le cosieron las tripas, el bazo y los riñones...
Se salvó de milagro, nos llevó a gastar recursos que nos dolió en el bolsillo, pero nos hizo quererlo aún más.

Anónimo dijo...

Mmhhhh...

Si lo vemos de ese punto de vista, más que una mascota, es una inversión...

Lo bueno es que es una inversión que les ha redituado beneficios...

Anónimo dijo...

Esto de perros y gatos es muy antiguo. Pocas son las personas que aman por igual a ambas especies.
Recuerdo en Carén cómo los perros eran una agradable compañía. No recuerdo sus nombres excepto el del inolvidable mono, que a la hora de almuerzo estaba siempre debajo de la mesa, para comerse lo que los Castillo Tapia no querían comer, especialmente grandes trozos de zapallo. Así que, el famoso yayito fue una versión mejorada de los mayores que también fuimos mañosos.
Ya casado, conviví con dos iguanas, una de las cuales estaba en libertad, las que se asustaban con los gatos, por ende, eran rápidamente echados de cualquier techo vecino. También hubo hermosos canarios, más todavía, cualquier gato era echado sin ninguna misericordia. Al final, hubo unas perritas, muy cariñosas, fieles, que alegran la vida de cualquiera y que tampoco quieren a los gatos

Anónimo dijo...

Mi hermanito querendón de los gatos igual que mi papito y mi hermanita Luza que esa si que es fanatica y tiene ochorrocientos gatos alos que cuida mejor que a su misma persona, parece que eso viene de los Acuña ya que los Castillo no son muy amigos de los gatunos.
Yo tambien tengo mi gatita la Pelusa que se lo pasa teniendo gatitos es muy productiva y a pesar que está viejita acba de tener 5 gatitos que todavía no se que haré con ellos espero aparezcan interesados amantes de los mininos y se hagan cargo de ellos y los quieran, también tenemos un perro boxer que es de mi esposo, se llama Rufo y es lo más maldadoso que hay ya me tiene chata tiene como 9 meses espero pronto se tranquilice o si no le dejaré abierta el portón para que salga a dar una vueltecita larga.(lo digo de la boca para afuera despues si le pasa algo estaré llorando como Magdalena)
No creo les interese mucho saber de mis mascotas pero igual me dieron ganas de metere la cuchara.
besos para todos a los perrunos y a los gatunos.

Anónimo dijo...

Es interesante hablar de las mascotas. Creo que Rodrigo es el que más ha tenido.
Aparte de las que nombré en la casa hubo peces, específicamente dos betas, una araña "pollito" a la que había que cazarle abejas y posteriormente en Arica le capturábamos avispas. También hubo una ardilla, que al final fue regalada porque metía bulla toda la noche con la rueda.

CeciliaCastillo dijo...

Bueno, en estos días he estado pensando mucho en Daniel el Travieso, un gato amarillo precioso que Claudio y su hijo Elito recogieron chiquitito y todo pitillento de la calle. (Ellos contaron que el gatito "se les pegó", lo que hoy resulta muy creíble). Elito tenía entonces unos 10 años y como buen hijo de padres separados se tuvo que volver a Santiago sin el gato, el que fue, un poco a regañadientes, adoptado por su Nono Don Aldo. Elito falleció a los 15 años el 2000. El gato cobró doble valor y bueno, ya se había ganado el cariño de todos en la casa. Era bastante machista sí y muy celoso. A mi no me quería mucho, en especial porque yo era cariñosa con su dueño.
Don Aldo era un caballero iquiqueño típico del siglo pasado; después de cerrar su negocio se venía a la casa conversando tranquilamente con algún conocido, llegaba a la puerta de la casa, y él se devolvía a la esquina a acompañar al amigo, luego vuelta a la casa y así por unos 20 0 30 minutos.
Lo curioso es que Daniel sabía la hora de llegada de su amo y se sentaba frente a la mampara a esperarlo. Si "olía" que había demora por estar conversando, se inquietaba, pero no se movía de su sitio. Mañana y tarde, era el mismo procedimiento.
El miércoles pasado fue el funeral de Don Aldo quien murió de un infarto. Estuve ahí, con mis hijos honrando su partida.
No pude preguntar por el gato, ya que habría sido más que inadecuado, pero no puedo evitar preocuparme por ese viejo Daniel que debe estar aun ahi sentado frente a la puerta sin entender nada.