24 de junio de 2025

En la penumbra

 


En la semipenumbra,
sus ojos eran lo único que importaba.

La luz apenas rozaba su rostro,
como si el universo mismo tuviera miedo
de perturbar aquella mirada que lo contenía todo:
amor, melancolía, y una promesa no dicha.

Él la contemplaba desde la distancia,
sin atreverse a romper
el silencio que los envolvía.

No hacían falta palabras.
Cada parpadeo suyo era un poema silencioso,
cada sombra sobre su piel,
un suspiro detenido en el tiempo.

Ella no lo miraba directamente,
pero lo sentía.
Como si su alma reconociera la suya a pesar del tiempo,
de las historias inconclusas,
y de los días que no compartieron.

La tenue luz que acariciaba su rostro
era la misma que él había buscado toda su vida
tal vez sin saberlo.

Y entonces, entre esa mitad sombra
y mitad esperanza, él lo supo con certeza:

un día ella volvería, y esta vez
no habría distancia ni silencio.
Solo la luz plena de una promesa cumplida.

1 comentario:

Rodrigo dijo...

Cada día mejor, como el Brandy...