21 de junio de 2016

Sólo el 0,05%.

Felicidad. ¿Qué es la felicidad? Medio mundo la busca y la otra mitad espera que le caiga algún día del cielo. Pero, ¿qué es?  

Según el diccionario de la RAE, felicidad es un "Estado de grata satisfacción espiritual y física."

Muchos millones de personas piensan que la felicidad es tener dinero, o que tener dinero necesariamente les traerá -como obligada consecuencia- la felicidad. Y, cuando alguien pretende decirles que no es así, que ni el dinero ni el poder que éste puede comprar implican por sí mismos el alcanzar ese estado de ánimo, se niegan a creerlo y aún se molestan.

Ahora, si lo pensamos objetivamente, ¿cuántos días de nuestra vida nos hemos sentido felices, completamente felices?
¿una docena, tres, ninguno?

Bien, he aquí que un hombre rico, más allá de lo que podía esperarse en su tiempo, y poderoso, uno de los más poderosos de su era, que gobernó un país rico y próspero nada menos que durante 50 años, nos escribe, antes de morir a la tierna edad de 70, sobre la obtención de la felicidad:

"He reinado más de cincuenta años, en victoria y paz. Amado por mis súbditos, temido por mis enemigos y respetado por mis aliados. Riquezas y honores, poder y placeres, aguardaron mi llamada para acudir de inmediato. No existe terrena bendición que me haya sido esquiva. En esta situación he anotado diligentemente los días de pura y auténtica felicidad que he disfrutado: Suman catorce. Hombre, no cifres tus anhelos en el mundo terreno".


Interesante. Creo que siendo como ha sido mi vida, en los años que llevo, me he sentido pura y auténticamente feliz, no menos de 14 días. Y eso incluye tanto el tiempo en que tuve ciertos medios materiales, como aquellos en que tuve tanto como un simple ratón.

El autor del texto es Abd ar-Rahman ibn Muhammadnota 1 (عبد الرحمن بن محمد), más conocido como Abderramán o Abd al-Rahman III, octavo emir independiente (912-929) y primer califa omeya de Córdoba (929-961), con el sobrenombre de al-Nāṣir li-dīn Allah ( الناصر لدين الله) "aquél que hace triunfar la religión de Alá".


 El califa Abderramán vivió setenta años y reinó cincuenta. Fundó la ciudad palatina de Medina Azahara, cuya fastuosidad aún es proverbial, y condujo al emirato cordobés al esplendor califal. Bajo su mandato, Córdoba se convirtió en un verdadero faro de la civilización y la cultura, tal que la abadesa germana Hroswitha de Gandersheim le llamó «Ornamento del Mundo» y «Perla de Occidente». Y sin embargo, de los 25.550 días de su vida, fué feliz nada más 14, un mísero 0,05%.

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aprendí hace tiempo un secreto, que es difícil de llevar a la práctica, pero a la vez absolutamente cierto: la felicidad está en el presente.

Elizabeth Pérez.

Jenofonte dijo...

Se refiere a días completos de auténtica felicidad, pero no dice en qué consistió dicha felicidad ¿en tener paz? ¿en ausencia de dolor? ¿en que todo salió como quería?. Porque tal vez sea demasiado pedir tener días enteros de completa felicidad, pero sí se puede tener días en que existan instantes de auténtica felicidad, y la suma de esos instantes tal vez sea importante.
Puede ser que un día se amanezca mal, con ánimo desapacible, con algún dolor por aquí y una preocupación por allá, pero justamente ese día se recibe una felicitación, un reconocimiento. ¿No hace valer, ese instante de felicidad, por un día completo?
Muy relativo parece ser el concepto, en todo caso, hay gente que teniéndolo todo no es feliz, otros, teniendo poco, son felices solo porque viven un día más.