
Eh!, Reca... ésta es seguramente, inmediatamente después de la que te tomaron a tí, en el mismo medio de transporte... jeje
buena! el animal más tranquilo que he tenido ocasión de conocer.
Seguro que, aparte de la protagonista, nadie más sabe en que ocasión se tomó...
Claro, si sus años son menos, es más fácil acordarse...
Nos pasó, cuando jóvenes, que, al quedar “pillos” en algún asunto o “colgados de la brocha” en otro, algún viejo nos dijera con aire de suficiencia: cabros, es que ustedes no han leído el “Cateo de la laucha”.
Y bien, como en Carén -en todos mis años- jamás ví esta famosa solanum nigrum, no me queda más que pensar que la quebrada se llama así por la artesa para el mote, o bien por alguna solanácea que no es precisamente la nigrum:
¿Alguien recuerda esta plantita...? Los de la "segunda generación" se que la recordarán... habían (y hay) muchas al costado de la iglesia...