Los augurios comenzaron el día previo a la biopsia.
Como es la costumbre dominical nos encaminábamos a la casa de mi suegra cuando al llegar una paloma me disparó sus deposiciones en plena mollera. Aparte de las risas que produjo tal bombardeo, varios se apresuraron en hacerme presente que dicho acontecimiento era un signo de buena suerte, a lo que asentí resignado sin saber lo que se avecinaba.
Esa misma noche siguiendo las instrucciones previas a la biopsia, ingerí el antibiótico correspondiente y me autoinferí dos disparos de glicerina, algo así como esas cosas llamadas calitas y que administrábamos a nuestros niños cuando "no les corría el cuerpo"
El día señalado partí bañadito, perfumado y hasta con unos boxer nuevecitos que esperaban en el closet para una ocasión que lo ameritase, no fuera a pasar verguenza con los regalones, esos medio gastados pero querendones.
El bus que me transportaba iba raudo hacia mi destino cuando me percato de otro presagio, allí antes de bajar unos escalones hay un letrero que avisa CUIDADO CON EL PELDAÑO, al cual los graciosos de siempre han raspado borrando algunas letras y quedando CUIDA EL ANO.
Como es la costumbre dominical nos encaminábamos a la casa de mi suegra cuando al llegar una paloma me disparó sus deposiciones en plena mollera. Aparte de las risas que produjo tal bombardeo, varios se apresuraron en hacerme presente que dicho acontecimiento era un signo de buena suerte, a lo que asentí resignado sin saber lo que se avecinaba.
Esa misma noche siguiendo las instrucciones previas a la biopsia, ingerí el antibiótico correspondiente y me autoinferí dos disparos de glicerina, algo así como esas cosas llamadas calitas y que administrábamos a nuestros niños cuando "no les corría el cuerpo"
El día señalado partí bañadito, perfumado y hasta con unos boxer nuevecitos que esperaban en el closet para una ocasión que lo ameritase, no fuera a pasar verguenza con los regalones, esos medio gastados pero querendones.
El bus que me transportaba iba raudo hacia mi destino cuando me percato de otro presagio, allí antes de bajar unos escalones hay un letrero que avisa CUIDADO CON EL PELDAÑO, al cual los graciosos de siempre han raspado borrando algunas letras y quedando CUIDA EL ANO.
Un poco preocupado llego donde el doctor que me va hacer el examen y una vez cumplidos los saludos de rigor me indican que me acueste en la camilla para realizar el procedimiento mientras veo con cierta resignación que tengo a dos damiselas de público, supongo alumnas en práctica que verán y aprenderán de todo el proceso. Me siento entre que estoy colaborando con el desarrollo de la ciencia y un poco como cobaya.
La cosa comienza cuando una pequeña cámara invade mis intimidades buscando llegar allí donde se supone puede haber algún problema y enseguida de esa prospección ingresa el adminículo que pondrá insensible la zona y cuando ya anestesiado pienso que la faena ha concluido, el doctor Chacón me espeta ... ya! ahora vamos a sacar las muestras de tejido !
La cosa comienza cuando una pequeña cámara invade mis intimidades buscando llegar allí donde se supone puede haber algún problema y enseguida de esa prospección ingresa el adminículo que pondrá insensible la zona y cuando ya anestesiado pienso que la faena ha concluido, el doctor Chacón me espeta ... ya! ahora vamos a sacar las muestras de tejido !
Y allí Llon Güain recibe doce disparos sin poderse defender. La andanada la recibo estoicamente aunque me parece interminable, y suspiro aliviado cuando el dueño de la artillería dice... bien ! es todo por ahora y me quedo allí tirado con doce impactos en mi humanidad.
Pasado un momento debo incorporarme y luego de recibir por parte de la enfermera las instrucciones post ataque armado me recoge mi doña para llevarme a mi humilde hogar donde reposará el guerrero.
Y he aquí que comienza la debacle, las doce heridas sangran profusamente y chorros del preciado líquido vital se pierden en las tuberías que atraviesan las entrañas de la metrópoli. No hay forma de detener su flujo incesante, la preocupación inunda mi ser y también el de los que me rodean. Hay que partir prontamente a Urgencias, donde después de un chequeo previo me derivan en ambulancia a un centro asistencial. Ya me he desmayado dos veces por la pérdida de sangre y llego lívido pero sin perder la conciencia a urgencias donde me trasladan en camilla a un box. Allí quedo medio alelado mirando el cielo con ese paisaje monótono y frío que entregan aquellos fluorescentes tan acogedores. El internista ordena poner suero y comienzan los chequeos de los signos vitales junto a exámenes varios mientras estirado en el camastro veo el ir y venir de enfermeras y doctores. Intento aguzar el oído para tratar de escuchar sus conversaciones y saber si hay alguna noticia sobre mi estado. Las horas pasan y cada vez que una cabeza se asoma en mi box pienso que la larga espera ha terminado. Finalmente y ya estabilizado y cuando es pasado la una de la madrugada el doctor firma el alta y puedo volver junto a la familia que aguarda espectante en la sala de espera.
El show ha terminado, aunque todavía tengo las pate' lana y me siento debilucho, estoy con reposo absoluto si es que cabe cumplir una cosa así. Por ahora mi condición es en posición horizontal con lectura, internet y videos. Sin embargo aunque sé que no voy a durar mucho en cama aprovecho el tiempo para escribir y para relatarles esta nueva experiencia médica que me ha tocado vivir.
Pasado un momento debo incorporarme y luego de recibir por parte de la enfermera las instrucciones post ataque armado me recoge mi doña para llevarme a mi humilde hogar donde reposará el guerrero.
Y he aquí que comienza la debacle, las doce heridas sangran profusamente y chorros del preciado líquido vital se pierden en las tuberías que atraviesan las entrañas de la metrópoli. No hay forma de detener su flujo incesante, la preocupación inunda mi ser y también el de los que me rodean. Hay que partir prontamente a Urgencias, donde después de un chequeo previo me derivan en ambulancia a un centro asistencial. Ya me he desmayado dos veces por la pérdida de sangre y llego lívido pero sin perder la conciencia a urgencias donde me trasladan en camilla a un box. Allí quedo medio alelado mirando el cielo con ese paisaje monótono y frío que entregan aquellos fluorescentes tan acogedores. El internista ordena poner suero y comienzan los chequeos de los signos vitales junto a exámenes varios mientras estirado en el camastro veo el ir y venir de enfermeras y doctores. Intento aguzar el oído para tratar de escuchar sus conversaciones y saber si hay alguna noticia sobre mi estado. Las horas pasan y cada vez que una cabeza se asoma en mi box pienso que la larga espera ha terminado. Finalmente y ya estabilizado y cuando es pasado la una de la madrugada el doctor firma el alta y puedo volver junto a la familia que aguarda espectante en la sala de espera.
El show ha terminado, aunque todavía tengo las pate' lana y me siento debilucho, estoy con reposo absoluto si es que cabe cumplir una cosa así. Por ahora mi condición es en posición horizontal con lectura, internet y videos. Sin embargo aunque sé que no voy a durar mucho en cama aprovecho el tiempo para escribir y para relatarles esta nueva experiencia médica que me ha tocado vivir.
3 comentarios:
"Tranquilein John Wayne" me dijo el primo Reca cuando supo que me iba hacer una biopsia a la próstata y así estoy ahora después de lo ocurrido. En reposo y recuperando energía que he perdido.
Parece que la biopsia te la hizo la OTAN, ¿o es que no eran las niñas las que estaban en práctica sino el cirujano?, si es así se sacó un 2 y con suerte.
Yo me hice dos biopsias antes de extirparme el problema y las dos veces me dijeron: "le vamos a inyectar algo que lo relajará" y así fue, las dos veces quedé tan relajado que no vi, escuché ni sentí nada. Los que sintieron algo fueron los participantes, a quienes regalé con un concierto de ronquidos en do mayor y sostenido creo...
Bueno, Julio Cesar no hizo caso cuando le dijeron: "Cuídate de los idus de marzo", Jorge Patricio no hizo caso a la advertencia de: "Cuidado con el peldaño"...
A la próxima pide un bisturí, así por lo menos podrás defenderte del cirujano.
(ahora lo cambiaron por "cuidado con el escalón)
Rocío
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