Fue el literato y militar romano Marco Terencio Varrón (s. I) quien estableció la fecha de la fundación de Roma como el 21 de abril del año 753 a.de C., de acuerdo con los cálculos astrológicos de su amigo Lucio Tarucio Firmano.
Acerca del nombre de Roma, la idea del historiador Tito Livio de que se debe al nombre del fundador, Rómulo, es popular pero ha sido firmemente cuestionada por los estudiosos.
Así, Rómulo consiguió el poder supremo para él solo. La ciudad, cuando se construyó, fue llamada así por el nombre de su fundador.
(Tito Livio, Historia de Roma)
Otros historiadores, como Plutarco, no se comprometen con ninguna teoría en especial y lo que hacen es solamente exponerlas.
Unos dicen que Roma, hija de Ítalo y de Leucaria, o, según otra tradición, de Télefo el de Heracles casada con Eneas, fue la que puso el nombre a la ciudad; y otros, que no fue sino una hija de Ascanio el de Eneas. Según una sentencia, fue Romano, hijo de Ulises y de Circe, el que fundó Roma; según otra, Remo el de Ematión, enviado por Diómedes desde Troya, y según otra, Romis, tirano de los Latinos. ... No sólo esto, sino que aun los que con más fundada razón designan a Rómulo como denominador de aquella ciudad, no convienen entre sí acerca de su origen.
(Plutarco, Vidas Paralelas)
Por eso avienta a términos distantes
Del ítalo confín, a los que a vida
Dejó incendio voraz, salvados antes
Del acero de Aquíles homicida.
Por largos años sobre el ponto errantes,
Cerrando el paso a su virtud sufrida
E1 hado vengador ¿dónde no asoma?
¡Fue empresa colosal fundar a Roma!
(Virgilio, La Eneida)
En el año 248, durante el gobierno de Felipe el árabe, se celebró el milenio de la fundación de Roma con los Ludi Saeculares, celebración religiosa dedicada a la conmemoración de cada 100 años de aniversario de la ciudad. En esa ocasión se celebraron los 10 siglos de existencia en el Templo de Venus.
Volví andando a casa. Roma, mi ciudad, la ciudad que hasta entonces había sido un consuelo infalible, se tendió ante mí como una mujer sigilosa y bella, exigente y gratificante, eternamente seductora. Y por primera vez en la vida no me dejé seducir.
Lindsay Davis, La plata de Britania)
De acuerdo con los tiempos, la ciudad de Roma ha sufrido los vaivenes de la historia, en su fundación se cree que contaba con unos 35 mil habitantes, población que creció a 130 mil cuando la fundación de la República. Durante el gobierno de Augusto llegó a contar con una población de 1 millón de personas. Después de la caída del Imperio Romano de Occidente la ciudad quedó reducida a unos 50 mil habitantes y quedó estancada y empobrecida hasta el Renacimiento.
En el siglo XIX, cuando el Reino de Italia se anexó Roma, contaba con 200 mil habitantes, población que comenzó a crecer hasta alcanzar el millón en 1930. En la actualidad la habitan casi 3 millones de personas.
En el siglo XIX, cuando el Reino de Italia se anexó Roma, contaba con 200 mil habitantes, población que comenzó a crecer hasta alcanzar el millón en 1930. En la actualidad la habitan casi 3 millones de personas.
A Roma, sepultada en sus ruinas
(Francisco de Quevedo)
(Francisco de Quevedo)
Buscas en Roma a Roma ¡oh peregrino!
y en Roma misma a Roma no la hallas:
cadáver son las que ostentó murallas
y tumba de sí proprio el Aventino.
y en Roma misma a Roma no la hallas:
cadáver son las que ostentó murallas
y tumba de sí proprio el Aventino.
Yace donde reinaba el Palatino
y limadas del tiempo, las medallas
más se muestran destrozo a las batallas
de las edades que Blasón Latino.
y limadas del tiempo, las medallas
más se muestran destrozo a las batallas
de las edades que Blasón Latino.
Sólo el Tíber quedó, cuya corriente,
si ciudad la regó, ya sepultura
la llora con funesto son doliente.
si ciudad la regó, ya sepultura
la llora con funesto son doliente.
¡Oh Roma en tu grandeza, en tu hermosura,
huyó lo que era firme y solamente
lo fugitivo permanece y dura!
huyó lo que era firme y solamente
lo fugitivo permanece y dura!
Grandes viajeros visitaron la ciudad en diferentes momentos de su historia, Benjamín de Tudela pasó por Roma posiblemente en el año 1166, y dejó su impresión de la ciudad.
Hay muchas estructuras maravillosas de la ciudad, diferentes a cualquier otro lugar en el mundo. Incluyendo tanto sus partes habitadas como las que están en ruinas, Roma tiene cerca de veinticuatro millas de circunferencia. En medio de ella hay ochenta palacios pertenecientes a ochenta reyes que vivían allí, cada uno llamado Imperator, contados a partir de rey Tarquinio a Nero y Tiberio, que vivió en la época de Jesús el Nazareno, que termina con Pipino, que liberó a la tierra de Sefarad del Islam, y fue padre de Carlomagno.
Hay un palacio fuera de Roma (dice que es de Tito). El Cónsul y sus 300 senadores lo trataron con desagrado, porque no conquistó Jerusalén hasta después de tres años, a pesar de que le habían mandado capturarla dentro de dos.
En Roma es también el palacio de Vespasiano, un gran edificio y muy fuerte; También el Coliseo, en el que hay 365 secciones, de acuerdo con los días del año solar; y la circunferencia de estos palacios es de tres millas.
(Benjamín de Tudela, Itinerarios - s. XII)
En 1786 Johann Wolfgang von Goethe viajó a la península ibérica y convirtió su diario de viaje en el libro Viaje a Italia.
Veré Roma, la Roma eterna, no la que pasa cada decena de años. Si tuviese tiempo, lo aprovecharía mejor. La Historia, en particular, se lee aquí de una manera diferente que en cualquier otro lugar del mundo.
En otras partes se lee de fuera adentro. Aquí cree uno leerla de dentro afuera. Todo yace alrededor de nosotros y toma de nosotros los puntos de partida. Y esto no se refiere sólo a la Historia Romana, sino á toda la Historia del Mundo.
Desde aquí puedo seguir los conquistadores hasta el Veser ó hasta el Eufrates, y si quiero ser un vago, esperar á los triunfadores en la calle Sagrada, mientras me alimento de trigo y limosnas y tomo una parte á placer en todas estas magnificencias.
(Johann von Goethe, Viaje a Italia)
No hay duda de que Roma es una ciudad famosa, en un tiempo fue la ciudad capital del mundo occidental, de ahí su apelativo de Caput Mundi. También se le ha llamado La Ciudad Eterna, pero eso es tal vez por consideraciones religiosas ya que es el lugar en que se localiza el gobierno de la Iglesia Católica Romana.
Lo que es innegable es su importancia como centro cultural durante el Renacimiento Italiano, siendo la cuna de estilos como el barroco y el neoclásico.
Roma es la tercera ciudad más visitada en Europa, tanto por sus atractivos turísticos como por ser el objeto de un gran peregrinaje religioso.
Lo que es innegable es su importancia como centro cultural durante el Renacimiento Italiano, siendo la cuna de estilos como el barroco y el neoclásico.
Roma es la tercera ciudad más visitada en Europa, tanto por sus atractivos turísticos como por ser el objeto de un gran peregrinaje religioso.
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