21 de mayo de 2011

Yo también odio comunicarme con las empresas telefónicas

4 comentarios:

Rodrigo dijo...

¿Perdón?

¿No es requisito sine qua non, para que exista comunicación, que concurran un emisor y un receptor?

En el caso de las llamadas a empresas telefónicas, de cable y similares, creo que no se cumple tal condición...

Reca dijo...

¿Por qué se usa la expresión "la moneda tiene dos caras", si lo que se quiere expresar es que la moneda tiene una cara y un sello?

Sucede que uno hace un llamado y contesta una máquina: "nuestras operadoras están muy ocupadas en este momento ... etc..." y luego viene la consabida musiquita (pregunta: ¿quién elige la musiquita?).
También sucede que uno contesta el teléfono y una voz nos dice "este llamado es muy importante para nosotros" y luego sigue la musiquita y sigue la musiquita... si es tan importante, ¡por qué no hablan?
Debo confesar que al principio me desconcertaba, pero la cuestión es muy simple, no solo existen las máquinas contestadoras, también las hay "llamadoras".
Entonces la moneda no tiene cara y sello, sino "dos caras", las dos iguales, moneda con trampa, ahí si que se aplica el dicho.

Después de pensar unos minutos (no muchos) en el problema llego a la conclusión que la solución es sencilla, debemos tener en nuestros teléfonos un "contestador" y un "llamador" automáticos y de ahí en adelante, que las máquinas se entiendan entre ellas...

CeciliaCastillo dijo...

En esta época de máxima intercomunicación, lo que más falta es comunicación.
Al autor del chiste, Alberto Montt, le escriben constantemente preguntando por sus referentes (bíblicos, históricos, literarios o de la vida diaria)...
Algo así como: "Ya te pusiste difícil, ¿quién es Rip van Winkle?
Esta "incomprensión" es muy común en las nuevas generaciones.

En cambio para los más maduritos, lo complicado es entender, por ejemplo, que el que "alguien" diga "su llamado es muy importante para nosotros" NO significa que nuestro llamado sea importante y, más aun, tampoco es cierto que "nosotros" sea quien creemos que es...

Etcétera...

Reca dijo...

Si, el lenguaje se está reduciendo a la mínima expresión. Lo que decíamos de los dichos. "Tanto va el cántaro al agua...", adjuntar fotografía de un cántaro, explicar por qué no es de plástico y por lo tanto se rompe, explicar también por qué razón debe "ir" al agua... No, parece que habrá que modernizar los dichos, porque ¿qué es un "herrero"?, ¿de dónde sacaron que las "liebres" saltan? ¿no será "asaltan"?, ¿qué son las "nueces" y por que hacen ruido?
Ya pues, actualicen...

Ahora lo del significado de las palabras, bueno, si ya venían perdiendo valor, los anuncios comerciales han logrado desvirtuarlas completamente, no solo no dicen lo que dicen que quieren decir, sino que tampoco dicen lo que quisiéramos que dijeran... o algo por el estilo...