Ah, y si bien se fijan, advertirán que la inveterada costumbre de estar presente sólo a medias, que tiene cierto individuo, se manifestaba ya en esos lejanos tiempos...
31 de agosto de 2007
Pa' que pase la pena...
Ah, y si bien se fijan, advertirán que la inveterada costumbre de estar presente sólo a medias, que tiene cierto individuo, se manifestaba ya en esos lejanos tiempos...
30 de agosto de 2007
Cuando el río suena... recuerdos trae...
(Reca, luego veré cómo dártelos en su tamaño original...)
29 de agosto de 2007
A ver, los exigentes e inconformistas...
El sonido es malo, porque había viento y la cámara tiene un micrófono bastante poquita cosa...
26 de agosto de 2007
La novedad para los regalones...
Ya se pueden publicar videos...
Y, para muestra, este oscurísimo video de una noche carenina,
con su correspondiente música de fondo y la luna brillando en lo alto...
23 de agosto de 2007
¡Importante aviso!
Y en esta dirección:
http://www.educarchile.cl/Portal.Base/Web/verContenido.aspx?ID=133893
se puede ver y/o bajar la película completa. (Está en formato QuickTime). Claro que se demora sus tres horas en bajar.
Y atenti a la de Portales que viene pronto...
21 de agosto de 2007
De chancho chino...
¿Cómo empezar?
La historia del chancho chino tiene muchas facetas, tantas como personas había alrededor de la mesa aquel día…
Y es que no se trata sólo de una suerte de cecina más, en competencia con los otros varios alimentos que para untar en el pan había, sino de un trozo de historia, o más aún, de una historia en sí, por derecho propio, porque nadie –ni detractor, ni fan ni algún observador imparcial- podrá negar que el tarro de chancho chino llegó a ser, en su momento, un verdadero personaje, y es hoy en día, no sólo un recuerdo lejano, o un cuasi mito urbano, sino un legítimo trozo de la historia de nuestro país… Tanto así, que podemos separar a las personas en un antes y un después del chancho chino, tal es su importancia cultural, y su raigambre en aquellos que pasamos ya la barrera de los 40’s.
Y es que hay que tener mas de 40 para entender el entusiasmo que sentimos con Ceci cuando, así como quien dice a boca de jarro, nos topamos -en un anónimo estante del supervecino supermercado- con un grupo de tarros del mentado producto, que una fea etiqueta verde no lograba ocultar, pues su forma característica (grabada en nuestras mentes con el hierro al rojo de los recuerdos atesorados) resaltaba entre la monótona y aburrida variedad de metálicos cilindros…
Verlo y tomarlo fue una sola cosa para Ceci, y entonces ya era obvio que teníamos que llevarlo.
Nuestro único error fue el dejar su apertura a cargo de neófitos que, sin tener el más mínimo respeto a este verdadero ícono de una época de nuestra historia, no sólo no fueron capaces de abrir el tarro como se debe, girando la llavecita con la debida unción y cuidado, sino que lo atacaron vilmente con un feo y ya malogrado abrelatas, destrozando sus costados y quitándole cualquier posible uso posterior, por alguno de los varios fans que se encontraba presente. Y, por si fuera poco y en un inconfesable arrebato -cuyo actor material aún es buscado con afán- cometieron además un crimen gravísimo:
Mutilaron al pobre chancho chino, sacándole un trozo con una cuchara, como si se tratara de un vil zapallo italiano que debiera ser vaciado en forma tan ignominiosa…
Pero bueno, al fin y al cabo, y pese a la oposición por convicciones políticas de alguna y por la "mañosería" de un individuo reconocido vastamente por esa característica, la gran mayoría de los presentes comió chancho chino, con mayor o menor agrado, con mejor o peor resultado, algunos por curiosidad, otros por querer comerse un trozo de recuerdos y quizá si algotros –los más jóvenes- por no llevar la contraria a esos viejos -más o menos simpáticos- que suelen ser los tíos…
Afortunadamente, los procesos de fabricación actuales parecen ser más eficientes, porque no nos salió ningún trozo de dedo de chinito…
18 de agosto de 2007
17 de agosto de 2007
Un largo día... que dará para muchos recuerdos...
14 de agosto de 2007
¿Y donde está Wally?
Pues aquí está la versión Castillo Tapia:
Lamentablemente, las arcas están más que vacías, así es que no hay premio...
12 de agosto de 2007
El borracho y el Eco
En Noche Oscura y brumosa
tan atontado iba Antón,
que cayó de un tropezón
en la acera resbalosa.
Soltó un feo juramento
diciendo: ¿quién se cayó?
Y en la pared del convento
repercutió el eco: "yo".
- Mientes! Fui yo quien caí;
y si el casco me rompí
tendré que gastar pelucas...
- Lucas!
- No soy Lucas, voto a Dios
Vamos a vernos los dos
ahora mismo farfantón.
-Antón!
-Me conoces, eh! tunante
Pues aguárdate un instante,
conocerás mi navaja...
Baja
- Bajaré con mucho gusto
¿Te figuras que me asusto
Al contrario, más exalto...
- Alto!
-¿Alto yo?¿Piensa el osado
que en este pecho esforzado
el valor ya está marchito?
- Chito!
- ¿Y pretende el insolente
mandar callar a un valiente?
¿Que calle yo Miserable
- Hable!
- Hablaré, por vida mía,
hasta que tu lengua impía
con este acero taladre...
- Ladre!
- ¿Ladrar? ¿Soy perro quizás?
¿Dónde, villano do estás
que de esperarte me aburro
- Burro!
- ¿Burro yo? Insulto extraño
que vengaré a mi amaño.
El momento es oportuno...
- Tuno!
- ¿Dónde está el majadero
que me toma por carnero.
Responde. ¿Dónde se encuentra?
- Entra!
- Sal tu, si no eres cobarde;
y apresúrate que es tarde.
A pie firme aquí te espero.
- Pero!
- No hay pero que valga, flojo!
Sal que ya estoy viendo rojo
y ansío tenerte en frente...
- Ente!
- ¿Pero dónde estás? Repito
que estoy oyendo tu grito
y tu ausencia ya me admira.
- Mira!
- Si, miro; pero qué diablo!
No puedo ver con quien hablo,
pues no aparece ninguno.
-Uno!
- Uno o cien, lo mismo da;
que salga, que salga ya.
Lo aguardo. Aquí me coloco!
- Loco.
- ¿Así te burlas de mi?
¿Quién eres, quién eres, dí?
No me hagas perder la calma.
- Alma
- Mas si eres un alma en pena,
¿cómo no oigo tu cadena
Basta de bromas; concluye.
- Huye!
- No tal; no me iré de aquí
sin saber quien me habla así.
Dime siquiera tu nombre.
- Hombre!
- ¿Pero estás vivo o difunto?
Aclara bien este punto,
que a mi ya nada me asombra.
- Sombra!
- Una sombra y la insulté.
Perdóname que tomé
cuatro copas con bizcocho.
- Ocho!
Marchóse Antón al momento
y en casa contó a su esposa
que una sombra pavorosa,
en la acera del convento
le había hablado. Y no era cuento!
(Francisco de Añón)
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M mmhhhhh… ¿Cómo empezar? La historia del chancho chino tiene muchas facetas, tantas como personas había alrededor de la mesa aquel día… Y...
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Para que lo conozcan este es mi primo regalón Jorge Patricio (ex Pato) en su penúltima visita en 1986. Bueno, para los "chicos" se...
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