29 de junio de 2014

El pez piedra, o ¡Cuánto sabe mi papá!

rase una vez, en aquellos años en que los libros aún servían para algo más que adornar bibliotecas, que llegó un día una niñita a casa, con una tarea muy simple, de sólo dos preguntas. La niñita, confiada en la sabiduría de su papá -como todas las niñitas de entonces- le pidió ayuda. Y el papá -como hacían los papás de entonces- se puso manos a la obra.

- ¿Cuál es el pez más rápido?

Una búsqueda en la Enciclopedia (sí, en ese entonces las tareas se buscaban en libros) dió pronto buenos resultados: el pez más rápido es el pez vela.

Y entonces, la segunda inocente y simple pregunta:

¿Cuál es el pez más lento?

Caramba, ningún libro ni Enciclopedia consideraba esa respuesta. El apurado papá buscaba y buscaba, y nada. Siguió buscando, la hora pasaba, y nada.

Entonces, ya molesto y también algo desesperado, se dijo a sí mismo:

- "A ver, el pez más lento. Un pez que se mueva poco. ¿Qué pez se mantiene inmóvil? Eso es: el pez piedra. Una piedra no puede ser rápida, o sea, el pez piedra tampoco."

Y dijo entonces a su hija, con toda propiedad.

- "Pon allí la respuesta: el pez piedra es el más lento".

La niñita, que había visto la búsqueda, y sabía que esa respuesta no venía de ningún libro ni cosa parecida, quiso protestar, pero el papá, cansado de la búsqueda infructuosa, no admitió reclamos:

- "Tú vas a llevar el pez piedra, y se acabó".

Y como en ese entonces las niñitas obedecían a los padres sin refunfuñar, eso anotó.

Buscando la tarea ya se había hecho bastante tarde, por lo que no fué extraño que otro apoderado -un amigo- llamara por teléfono con voz angustiada, preguntando si habían encontrado la respuesta del pez más lento.

El papá, sin pensarlo dos veces, le respondió:

- "Pero cómo no lo vas a saber, hombre, el pez más lento es el pez piedra."
- ¿En serio?
- Pero por supuesto. ¿Cuál mas?

No faltó otro apoderado en apuros que -buscando ayuda- llamó a áquel que había recibido la respuesta, y claro, escuchó las mismas palabras:

- "Pero, me extraña, cómo no sabes algo tan simple... ¡si es el pez piedra!"

Y así, de voz en voz y llamada en llamada (no había celulares ni whatsapp en ese entonces), al día siguiente llegaron a clases 5 o 6 peces piedra anotados en los cuadernos.

Del resto de los niños, muchos no respondieron nada, y el resto llevaban una variedad de respuestas, que no se asemejaban. De modo que los niños -curiosos- le preguntaron a la profesora:

- "Señorita (en ese tiempo no se decía profe), ¿cuál es el pez más lento?

Ésta, que no tenía idea porque había hecho esa pregunta al azar, como podría haber preguntado cualquier otra cosa, revisó los cuadernos, y al ver 5 o 6 peces piedra por respuesta, dijo con toda propiedad:

- "El pez más lento es el pez piedra" "¿Cómo ellos lo encontraron y ustedes no?

Y la respuesta quedó para siempre como la respuesta cierta y verdadera... y la niñita quedó feliz porque la de ella estaba buena. Cuánto sabía su papá...

Rodrigo